El
Sutra de Hui Neng :: sección 1
Historia Personal
La Realización de la Enseñanza y el Legado del Manto
Cuando el Gran Maestro llegó al Bosque del Monasterio de las Joyas,
el Gobernador Wei de la Provincia de Shao fue a las montañas con
algunos oficiales del gobierno para solicitarle al Maestro que bajara
a la ciudad y predicara al pueblo en el salón de conferencias del
Monasterio del Gran Brahma.
Cuando el Maestro llegó a la tribuna, el gobernador, más
de treinta oficiales, más de treinta escolares Confucianos, y más
de cien monjes, monjas y seglares, se inclinaron al mismo tiempo suplicándole
el escuchar la esencia de las enseñanzas.
El Gran Maestro le dijo a la multitud,
Queridos amigos, el bodhi es inherentemente puro; simplemente usen esta
mente, y realizarán directamente la budeidad o su naturaleza búdica.
Queridos amigos, por ahora, escuchen el curso de los eventos a través
de los cuales yo realicé la enseñanza.
Mi padre era originalmente de Fan-yang, pero fue desterrado a Ling-nan,
donde llegó a ser un campesino en la Provincia de Hsin ["Nueva"].
Desdichadamente para mí, también mi padre murió temprano.
Con mi madre viuda me mudé a Nan-hai, donde sufrimos la pobreza
y por lo tanto tuve que vender leña para vivir.
Un día un parroquiano que compró un poco de leña
me pidió que se la llevara a su negocio. El comprador recibió
la leña y yo dejé el negocio con el dinero. Ya afuera, me
fijé en un viajante que estaba recitando una escritura. Al momento
de oír las palabras de la escritura, mi mente entendió y
comprendí.
Le pregunté al viajante cuál era la escritura que estaba
recitando. Él dijo que era el Sutra del Diamante. Entonces le pedí
que me dijera dónde la había adquirido. Él me dijo
que la había obtenido del Monasterio de la Meditación Occidental
en la Prefectura de Huang-mei en la Provincia de Ch'i, donde el Gran Maestro
Hung-jen, el Quinto Gran Maestro, [del Budismo Chan], estaba enseñando
a más de mil estudiantes. Fui allí y escuché esta
escritura que el Gran Maestro siempre recomendó a ambos, el clérigo
y los seglares, diciendo que si ellos cumplían el Sutra del Diamante,
ellos verían su propia naturaleza esencial y realizarían
directamente la budeidad.
Oyendo esa explicación, sentí una afinidad pre-existente.
Un comprador me había dado diez onzas de plata para que pudiera
proveerle comida y ropa a mi madre, y de esa forma poderme ir a Huan-mei
a visitar al Quinto Gran Maestro.
Después de haber dejado a mi madre establecida, me fui enseguida
y llegué a Huang-mei en treinta y tanto días. Allí
le ofrecí mis respetos al Quinto Gran Maestro.
El Gran Maestro preguntó, "¿De dónde vienes
y que quieres?"
Repliqué, "Soy un campesino de la provincia de Hsin en Ling-nan.
He venido desde tan lejos a ofrecerle mis respetos a usted solamente porque
busco ser un buda, nada más."
El Gran maestro dijo, "Tú eres un sureño y un aborigen,
¿cómo puedes tú ser un buda?"
Le dije, "Las personas pueden ser sureños o norteños,
pero la naturaleza búdica originalmente no tiene ni sur ni norte.
Como un aborigen, mi estatus social no es él mismo que el suyo,
pero ¿qué diferencia hay en nuestra naturaleza búdica?"
El Gran Maestro quería hablar más conmigo, pero observó
que sus seguidores estaban alrededor de nosotros, así que me envió
a hacer tareas con los trabajadores.
Le dije a él, "Mi propia mente siempre produce sabiduría.
El no estar apartado de la naturaleza esencial de uno es en sí
mismo una disciplina de bendiciones. ¿Qué trabajo quiere
usted que yo haga?"
El Gran Maestro dijo, "¡Este aborigen es muy listo! No digas
nada más. Ve a trabajar en el granero."
De forma que me retiré a la parte de atrás del edificio
donde un trabajador me puso a cortar leña y a desbrozar el arroz.
Pasé allí un poco más de ocho meses en esto, cuando
el Gran Maestro me vio un día y me dijo, "Pienso que tu visión
es digna de confianza, pero tenía temor que las personas malas
te hicieran daño, así que no hablé contigo. ¿Te
das cuenta de esto?"
Le dije, "No conozco tu intención. Esta es la razón
por la que no me atreví a caminar enfrente del auditórium,
por miedo a ser inconsiderado."
Un día el Gran Maestro llamó a todos sus discípulos
y dijo, "Les voy a decir, que para las personas en este mundo el
asunto de nacer y morir es serio. Ustedes resuelven buscar innumerables
bendiciones todo el día, y no buscan el salir del océano
de miseria del nacimiento y la muerte.
"Si su propia naturaleza está confusa, ¿cómo
pueden las bendiciones salvarles? Dejemos que cada uno de ustedes busque
en su propia sabiduría, absorbiendo la naturaleza perceptiva de
su propia mente básica y me compongan un verso para que me lo presenten.
Al que haya entendido el gran significado, le legaré el manto y
la enseñanza, y lo haré el Sexto Gran Maestro."
"Esto es urgente, así que no se entretengan y se demoren.
El pensar acerca de esto no es el caso - las personas que han visto la
naturaleza esencial deben verla en el momento de mencionarla. Alguien
como éste, puede verla incluso en la línea de batalla en
medio de las espirales de las espadas."
Después que los seguidores habían recibido estas direcciones,
ellos se retiraron diciéndose unos a otros, "El grupo de nosotros
no tiene que despejar las mentes y concentrarse en componer versos para
enseñárselos al maestro. ¿Cuál es el motivo
de esto? Shen-hsiu el anciano mayor es ahora el mentor - él seguramente
lo hará. Si él quiere que nosotros presumamos componiendo
versos, estaríamos perdiendo la energía mental."
Otras personas que estaban oyendo esto, acordaron todos poner su mente
a descansar, diciendo, "Nosotros contaremos con el Maestro Shen-hsiu
para hacer esto; ¿por qué preocuparnos en componer versos?
Shen-hsiu reflexionó, "La razón por la que los otros
no presentarán los versos es que yo soy su mentor. Debo componer
un verso para presentárselo al Maestro - si no se lo presento,
¿cómo mi maestro sabrá lo profundo o superficial
de la percepción y entendimiento en mi mente? Si mi intención
en presentar los versos es buscar la enseñanza, entonces está
bien; si es, buscar el rango de Gran Maestro, eso está mal - será
igual a la de la mentalidad ordinaria. ¿Cómo podría
ser diferente a usurpar el rango de un sabio? Si no presento un verso,
nunca obtendré las enseñanzas. Esto es muy difícil,
muy difícil."
Finalmente Shen-hsiu pensó, "Será mejor si escribo
el verso en la pared del pasillo, donde el maestro pueda verlo. Si el
maestro dice que está bien, respetuosamente me presentaré
y declararé que es mi composición. Si dice que no, he estado
perdiendo años en las montañas aceptando el respeto de otros
- ¿cuál será el camino que escogeré más
adelante para practicar?" Esa noche, en el medio de la noche, sin
dejarle saber a nadie, él cogió la lámpara y escribió
su verso en la pared del pasillo sur, presentando su percepción
y entendimiento.
El verso decía:
El Cuerpo es el árbol de la Iluminación,
La mente es como un espejo claro.
Púlelo diligentemente una y otra vez,
No dejes que se polvoree.
Habiendo escrito esto, Shen-hsiu regresó de nuevo a su habitación,
totalmente desapercibido por todos.
Shen-hsiu también pensó, "Si el Gran Maestro está
conforme cuando mañana vea mi verso, entonces me habré conectado
con las enseñanzas. Si él dice que no vale la pena, es mi
propia ilusión - las barreras de mis hábitos existentes
son múltiples, y no soy adecuado para obtener las enseñanzas.
La mente de un sabio es difícil de comprender."
Mientras pensaba en su habitación, se sentía inquiero sobre
si sentaba o se acostaba. Así continuó hasta el amanecer.
Ahora bien, el Gran Maestro ya sabía que Shen-hsiu no había
todavía traspasado el portón y que tampoco había
visto su propia naturaleza esencial. En la mañana él llamó
al artista Lu Kung-feng para que hiciera el mural sobre la pared del pasillo
del sur.
De repente viendo los versos, el Gran Maestro le dijo al artista que
no procediera con el mural, dándole las gracias por su molestia.
"Las escrituras dicen que todas las formas son ilusorias", dijo
él. "Sólo deja el verso para que lo reciten las personas.
Si ellos actúan de acuerdo con este verso, ellos evitarán
caer en los caminos erróneos y dañinos; hay un gran beneficio
en actuar de acuerdo con este verso."
Él dijo a los discípulos que encendieran incienso y ofrecieran
respeto al verso de forma de que pudieran ver su naturaleza esencial.
Los discípulos recitaron el verso, y todos lo celebraron admirablemente.
En el medio de la noche, el Gran Maestro, envió a buscar a Shen-hsiu
a sus dependencias y le dijo, "¿Fuiste tú quien compuso
el verso?"
Shen-hsiu dijo, "Si, yo compuse el verso, pero no presumo de buscar
el rango de Gran Maestro. Espero por su compasión, para ver si
tengo o no, alguna sabiduría."
El Gran Maestro dijo, "Tu composición de ese verso indica
que no has visto tu naturaleza fundamental. Solamente has llegado afuera
del portón; todavía no has entrado al interior. Si buscas
la iluminación perfecta y sin par, con un entendimiento como éste,
nunca la podrás obtener. La iluminación perfecta requiere
que seas capaz de reconocer tu propia mente básica en una palabra,
y ver tu propia naturaleza original, que no nace ni muere. Cuando te ves
a ti mismo todo el tiempo, momento a momento, sin ningún rezago
ni demora por nada en absoluto, como uno es real, todo es real - miríadas
de objetos son en sí mismos la semejanza como es. La Conciencia
de la Semejanza como es, es la verdad real; si tú ves de esta manera,
esa es la naturaleza inherente de la iluminación insuperable.
"Vete por ahora y reflexiona por un día o dos. Entonces,
compón otro verso. Si veo a través de tu verso que has triunfado
en cruzar el portón y has entrado, te otorgaré el manto
y la enseñanza."
Shen-hsiu hizo una reverencia y se fue. Cuando habían pasado muchos
días, y todavía él no había sido capaz de
producir un verso, el se sintió desfallecido de corazón
e inquieto de espíritu y pensamiento. Él estaba como en
un sueño. Ya sea si estaba caminando o sentado estaba intranquilo
e incomodo.
Dos días después, un muchacho que pasaba por el granero
estaba cantando un verso. Tan pronto como lo oí, realicé
que el verso todavía no revelaba la esencia fundamental. Aunque
no había recibido instrucción, ya conocía la idea
principal, así que le pregunté al muchacho, "¿Qué
verso es ese que estás cantando?"
El muchacho dijo, "¡Tú, aborigen! ¿No sabes
que el Gran Maestro dice que para las personas en este mundo el asunto
del nacimiento y la muerte es serio - si ellos quieren obtener la trasmisión
del manto y las enseñanzas, él hace que los discípulos
compongan versos. Si cualquiera ha realizado el gran significado, él
le trasmitirá el manto y las enseñanzas y lo hará
el Sexto Gran Maestro. El monje mayor Shen-hsiu escribió este verso
sin forma, en la pared del pasillo sur; el Gran Maestro ha hecho que todos
se lo memoricen, diciendo que si uno pone este verso en práctica,
evitará caer en los caminos erróneos, si uno pone este verso
en práctica ganará gran beneficio."
Yo dije, "He estado aquí por cerca de ocho meses, golpeando
el arroz con mis manos y nunca he estado en el auditórium. Por
favor, llévame donde está el verso, de manera que le pueda
ofrecer mis respetos."
Cuando el muchacho me hubo guiado al verso para ofrecerle mis respetos,
yo le dije, "Soy analfabeto; por favor léemelo." En ese
momento el teniente inspector militar de la Provincia de Chiang estaba
allí, un hombre llamado Chang Chih-yung; él leyó
el verso en alta voz. Después que lo hube escuchado, dije que yo
también tenía un verso, diciéndole al teniente inspector
que me lo escribiera.
El teniente inspector dijo, "¡Qué extraordinario es
que también tú compusieras un verso!"
Le dije al teniente inspector, "Si quieres experimentar la iluminación
suprema, no tomes a la ligera ni les hagas desaires a los principiantes.
Una persona del rango más bajo puede tener el conocimiento mayor,
mientras que una persona del rango superior puede carecer del conocimiento
práctico. Si menosprecias a las personas, habrás hecho un
error incalculable."
Mi verso fue como sigue:
La iluminación originalmente no tiene árbol,
Y no hay un espejo claro en ella.
Originalmente no hay ni una sola cosa -
¿Dónde se puede acumular el polvo?
Después que el verso hubo sido escrito, la comunidad completa
estaba asombrada, y cada uno se maravilló. Ellos se decían
los unos a los otros, "¡Qué singular y extraordinario!
¡No podemos conocer a las personas por su apariencia! ¿Cómo
hemos podido haber empleado por tanto tiempo en función de criado
a un bodhisattva viviente?
Viendo el asombro y admiración de la gente, el Gran Maestro temió
que alguien pudiera hacerme daño, así que borró el
verso con su zapato y dijo, "Esto todavía no es la percepción
de la esencia."
Todo el mundo pensó que así era, pero el próximo
día el Gran Maestro secretamente vino al granero, donde encontró
que yo estaba machacando el arroz con una piedra atada a mi cinturón.
Él dijo, "Las personas que buscan el Camino olvidan sus cuerpos
con el fin de obtener la enseñanza; ¿será éste
así?" Entonces me preguntó, "¿Ya está
el arroz listo?"
Repliqué, "El arroz ha estado listo por mucho tiempo, pero
todavía quiere cernerse."
El Gran Maestro golpeó el mortero tres veces con sus bastón.
Inmediatamente entendiendo lo que el Gran Maestro quería decir,
fui a su habitación, en la tercera posta, [en el medio de la noche].
Usando su vestimenta como resguardo o mampara, de manera que nadie nos
viera, él me explicó el Sutra Diamante. Cuando llegó
al punto donde dijo, "Deberás activar la mente sin vivir en
nada," en el momento que él pronunció esas palabras,
yo tuve la realización abrumadora de que todas las cosas no están
separadas de la naturaleza inherente.
Entonces le dije al Gran Maestro, ¿Quién habría
supuesto que la naturaleza inherente es originalmente e intrínsecamente
pura? ¿Quién habría supuesto que la naturaleza inherente
originalmente no nace ni muere? ¿Quién habría supuesto
que la naturaleza inherente es originalmente completa en sí misma?
¿Quién habría supuesto que la naturaleza inherente
es originalmente inmovible? ¿Quién habría supuesto
que la naturaleza inherente puede producir miríadas de cosas?
Conociendo que había realizado la naturaleza original, el Gran
Maestro me dijo, "Si uno no discierne la mente original, no hay ningún
beneficio en estudiar las enseñanzas. Si disciernes tu propia mente
y ves tu propia naturaleza esencial, eres lo que ellos llaman un gran
hombre, un maestro de humanos y ángeles, un buda.
Recibí la enseñanza en el medio de la noche, sin que nadie
lo supiera. Él entonces me entregó la doctrina de la inmediatez,
como también el tazón y el manto diciendo, "Eres el
Gran Maestro de la sexta generación. Se consciente y libera espiritualmente
los seres en todas partes, popularizando las enseñanzas de manera
que no mueran en el futuro. Escucha mi verso:
"Aquellos con sentido plantan semillas;
Los frutos crecen de la tierra.
Dado que no hay semilla sin sentido,
No hay naturaleza, ni vida."
El Gran Maestro también dijo, "Cuando el gran maestro Bodhidharma
llegó a esta tierra por primera vez hace mucho tiempo, las personas
todavía no creían en él, así que él
dio su manto como la encarnación de la fe, y ese manto ha sido
heredado a través de generaciones. En cuanto a la enseñanza,
es trasmitida de mente a mente, capacitando a todos a despertarse a sí
mismo y a entender por sí mismo.
"Desde los tiempos inmemoriales, los budas han comunicado solamente
la realidad original; los maestros han impartido íntimamente la
mente original. El manto es un hueso de controversia; detengámoslo
contigo y que no se dé. Si tu fueras a dar este manto, tu vida
estaría en peligro. Debes irte inmediatamente, porque temo que
las personas te puedan dañar."
Pregunté, "¿Dónde debo ir?"
El Gran Maestro dijo, "Detente cuando encuentres a Huai; hiberna
cuando encuentres a Hui."
Cogiendo el manto y el tazón en el medio de la noche, dije, "Soy
originalmente un sureño, y desconozco los caminos montañosos
de aquí. ¿Cómo puedo salir de la boca del río?"
El Quinto Gran Maestro dijo, "No te preocupes. Yo mismo te llevaré
allí. Entonces el Gran Maestro me llevó a la Estación
del Río Nueve, donde me puso en un bote. El Quinto Gran Maestro
mismo cogió los remos y remó.
Le dije al Gran Maestro que se sentara y me dejara remar, pero él
dijo, "Es lo apropiado que yo te transporte de una orilla a otra."
Le dije, "Cuando las personas están perdidas el guía
los transporta de una orilla a la otra, cuando uno está iluminado,
uno se transporta a sí mismo a la otra orilla."
El Gran Maestro dijo, "Así es. Así es. En lo sucesivo
el Budismo llegará a ser muy popular a través de ti. Tres
años después que te vayas, me iré de este mundo.
Ahora debes de irte; ábrete el paso hasta el Sur. Es mucho mejor
no cantar victoria muy rápido; es muy difícil promover el
Budismo.
Después que me hube despedido y dejé al Gran Maestro, me
dirigí hacia el sur. En dos meses alcancé la montaña
de Ta Yu.
(Después que el Quinto Gran Maestro regresó, él
no disertó por muchos días. La comunidad estaba perpleja.
Ellos preguntaron si él no estaba bien o estaba indispuesto. Él
respondió que no era que él estaba enfermo, sino que la
enseñanza se había ido ya al Sur. Cuando ellos preguntaron
a quién le había sido trasmitida, él replicó,
"El capaz la ha obtenido." La comunidad entonces supo quien
era [porque la palabra "capaz" es el significado de neng en
el nombre de Hui-neng])
Muchos cientos de personas me siguieron, queriendo arrebatarme el manto
y el tazón. Un monje, llamado Hui-ming, que había sido un
general de cuatro estrellas y un tipo de hombre tosco y dispuesto, se
unió en la persecución con extremo entusiasmo. Me persiguió
primero que nadie. Lancé el manto y el tazón en una roca
y dije, "Este manto representa la fe; ¿es apropiado luchar
por él?" Entonces me escondí detrás de la leña.
Hui-ming fue hacia el manto y el tazón y trató de recogerlos,
pero no los pudo mover. Entonces me llamó, "¡Trabajador,
he venido por la enseñanza, no por el manto!" Entonces, salí
de mi escondite y me senté sobre un pedrusco. Hui-ming hizo una
reverencia y dijo, "Por favor Trabajador, explícame la enseñanza."
Dije, "Dado que has venido por la enseñanza, deberías
invalidar todos los objetos y no concebir un solo pensamiento; entonces
te expondré y explicaré la enseñanza.
Hui-ming estuvo silencioso por un largo tiempo. Le dije, "Cuando
no piensas del bien y no piensas del mal, ¿cuál es tu rostro
original?"
Al oír estas palabras, Hui-ming se iluminó grandiosamente.
Entonces preguntó, "¿Hay una idea secreta más,
además de la idea secreta que ahora secretamente hemos hablado?"
Le dije, "Lo que te he dicho a ti no es secreto. Si tú reflejas
hacia el interior, el secreto está en ti."
Hui-ming dijo, "Aunque yo estuve en Huang-mei, en realidad yo no
he visto todavía mi propio rostro. Ahora que he recibido tu instrucción,
soy como un hombre que bebe agua y conoce por él mismo si está
fría o tibia. Trabajador, ahora tú eres mi maestro."
Le dije, "Si tú eres de tal modo, tú y yo somos ambos
estudiantes de Huang-mei. Mantenlo presente siempre.
Hui-ming también preguntó, "¿Dónde debo
ir después de esto?"
Le dije, "Si vienes a Yuan, entonces detente; si vienes a Meng,
entonces quédate."
Hui-ming reverenció y partió. (Cuando Hui-ming puso sus
pies en la montaña, le dijo a la multitud de perseguidores, "He
escalado exactamente a las alturas, pero después de todo, no había
ni un rastro de él. Es mucho mejor que miremos por otra parte."
Todos ellos le creyeron. Hui-ming después cambió su nombre
a Tao-ming, para evitar asumir el mismo primer nombre característico
del Maestro Hui-neng.)
Después yo vine a Ts'ao-ch'i, pero otra vez estuve perseguido
por los hombres malos, y entonces me refugié entre un grupo de
cazadores en la Cordillera de Ssu-ming. Pasé quince años
entre ellos, ocasionalmente exponiendo la enseñanza a los cazadores
cuando las oportunidades adecuadas aparecían.
Los cazadores me observaban cerca de las trampas, pero cada vez que yo
veía una criatura viviente, a todas las dejaba ir. En todas las
comidas yo ponía vegetales en la cacerola donde la carne estaba
siendo cocida. Si alguien me preguntaba acerca de eso, le respondía
que me comía los vegetales además de la carne.
Un día pensé que el momento había llegado para diseminar
la enseñanza, y que no debía ya más estar escondido
para siempre. Así que finalmente los dejé y me fui al templo
de la Naturaleza de la Realidad en la Provincia de Kuang. Allí
encontré el maestro doctrinal Yin-tsung dando una disertación
sobre el Nirvana-sutra.
Por ese tiempo el viento soplaba, y los banderines estaban ondeando.
Un monje dijo, "El viento se está moviendo". Otro monje
dijo, "Los banderines se están moviendo." Ellos argumentaron
una y otra vez, de forma que salí adelante y dije, "No es
el viento él que se mueve, no son los banderines los que se mueven;
son sus mentes en movimiento."
Todo el mundo se quedó sobresaltado. Yin-tsung me invitó
a la tribuna preguntándome atentamente acerca del significado interno.
Él observó que mi habla era simple y mi razonamiento preciso
y certero; y que eso no había llegado de las escrituras.
Yin-tsung dijo, "Trabajador, ciertamente tú no eres un hombre
ordinario. Por mucho tiempo, he oído que el manto y la enseñanza
de Huang-mei habían llegado al Sur. ¿Puede que no seas tú,
Trabajador?"
Le dije, "No me atrevo a presumir."
Ahora Yin-tsung reverenció, y me pidió que le enseñara
a la comunidad el manto y el tazón que me habían sido entregado.
Yin-tsung también agregó, "¿Cómo el legado
de Huang-mei es demostrado y trasmitido?"
Le dije, "No hay demostración o trasmisión, solamente
es un asunto de ver la naturaleza, no un asunto de meditación o
liberación."
Yin-tsung preguntó, "¿Por qué no es un asunto
de meditación y liberación?"
Le dije, "Porque esas dos cosas no son Budismo; el Budismo es una
enseñanza no dualística."
Yin-Tsung preguntó, "¿Cuál es la enseñanza
no dualística del Budismo?"
Le dije, "Tu disertación o discurso sobre el Nirvana-sutra,
que explica la naturaleza búdica. Ésta es la enseñanza
no dualística del Budismo. Por ejemplo, el bodhisattva Rey de Cualidades
Nobles le dice a Buda, '¿Cortará la raíz de la bondad
y la naturaleza esencial de la Budeidad, la violación de las cuatro
serias prohibiciones, que causan los cinco pecados perversos o el conducirse
incorregiblemente sin esperanza?'
Buda dijo, "La Raíces del bien o la bondad tienen dos aspectos:
uno es permanente, otro es impermanente. La Naturaleza Búdica Esencial
ni es permanente ni es impermanente, de forma que no es eliminada; eso
es lo que se llama no-dualidad.
La Unidad es el bien, el dualismo no es el bien. La naturaleza búdica
esencial ni es el bien ni no es el bien; esto es llamado no-dualidad.
" 'Las personas ordinarias ven el cuerpo y el mundo como dos; el
sabio realiza que su naturaleza esencial no es dos. La naturaleza no-dual
es la naturaleza búdica.' "
Escuchando esta explicación, Yin-tsung se regocijó. Uniendo
las palmas de sus manos, él dijo, "Mis disertaciones en las
escrituras son como grava; tu discurso en el significado es como oro puro."
Ahora él afeitó mi cabeza y deseó mirarme como su
maestro. Entonces finalmente establecí la Escuela de la Montaña
del Este bajo el árbol iluminado.
Alcancé la enseñanza en la Montaña del Este, pasando
gran penalidad y dolor y con mi vida colgando en un hilo. Ahora he podido
participar en esta asamblea junto con el gobernador y sus oficiales, los
monjes, las monjas, y los seglares, esto es, todas las personas que hemos
tenido afinidad por eones: y es porque hemos ayudado a Buda en las vidas
pasadas plantando juntos las raíces de la bondad, que ustedes han
llegado a escuchar este relato predeterminado del logro de la verdad de
la enseñanza de la inmediatez.
La enseñanza de la inmediatez fue trasmitida por los sabios del
pasado; ella no es mi propia sabiduría personal. Aquellos que desean
escuchar la enseñanza de los sabios de antaño deberán
despejar su propia mente. Después que hayan oído esto, salgan
de las dudas por ustedes mismos, y no serán diferentes de los sabios
de las generaciones pasadas.
Habiendo escuchado la enseñanza, la asamblea completa se inclinó
regocijadamente y se retiró.
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