Texto de descarga gratis

Portada - Pintura de arco iris

Pintura de arco iris :: capítulo 2 :: Aplicación

por Tulku Urgyen Rimpoche

Traducción preliminar del inglés por Lord Druk

Contenidos

  1. El Punto Vital
  2. Aplicación
  3. Atención
  4. Soltura

Aplicación

La práctica budista involucra tres pasos conocidos como el entendimiento intelectual, la experiencia y la realización. El entendimiento intelectual ocurre cuando, por ejemplo, oímos que la vacuidad, que significa cognición vacua, es nuestra naturaleza. La idea mental que obtenemos de esto se llama ‘entendimiento’. En el caso de la experiencia, se nos cuenta cómo reconocer la vacuidad de modo que podamos ver a esta cognición vacua exactamente tal como es. Tenemos un sabor de ella, tal vez no sea más que un vislumbre, pero, no obstante, una experiencia de lo que se llama ‘reconocer la esencia de la mente’. Aquello es lo que la palabra ‘experiencia’ significa en este contexto. Cuando este vislumbre sea seguido con el entrenamiento de reconocer repetidamente la naturaleza de la mente y el evitar ser arrebatado por los pensamientos, nos habituamos gradualmente más y más a esta experiencia. En este caso, por reconocer la naturaleza vacua nos estamos desenganchando de su expresión, la corriente de pensamiento engañada. Cada vez que la expresión se disuelve de vuelta en el estado de presencia, se hace un progreso, y finalmente la realización ocurre. La realización última es cuando el engaño ha colapsado totalmente y no hay re-currencia del pensamiento discursivo cualquiera que sea.

Los pensamientos son como las nubes y pueden desvanecerse igual como las nubes se dispersan naturalmente en el espacio. La expresión, significando los pensamientos, es como las nubes, mientras que rigpa es como el espacio iluminado por el sol. Uso la metáfora del espacio iluminado por el sol para ilustrar que el espacio y la presencia son indivisibles. Ustedes no consiguen o crean al cielo iluminado por el sol. No podemos empujar las nubes, pero podemos permitir que las nubes de los pensamientos se disuelvan gradualmente hasta que finalmente todas las nubes se hayan desvanecido. Cuando se haga más fácil el reconocer, y cuando el reconocimiento sea auto-sostenido, aquello puede llamarse realización. La realización última ocurre cuando no hay rastro de las capas de nubes cualquiera que sea.

No es como si necesitáramos decir, “¡Odio estos pensamientos. Sólo quiero el estado despierto! ¡Tengo que iluminarme!” Esta clase de aferramiento y rechazo nunca darán espacio a la iluminación. Por permitir simplemente que la expresión de la actividad de pensamiento se apacigüe naturalmente, una y otra vez, los momentos del genuino rigpa automática y naturalmente comienzan a durar más tiempo. Cuando no haya pensamientos cualesquiera que sean, entonces son un Buda. En ese punto el estado libre de pensamiento es sin esfuerzo, como también la habilidad para beneficiar a todos los seres. Pero hasta ese momento no ayuda en nada pensar que son un Buda. Necesitamos habituarnos a esta disolución natural del pensamiento por medio del entrenamiento, semejante a aprender algo de corazón. Habiéndonos acostumbrado a ello; el estado libre de pensamiento se vuelve automático.

Escuchar a esta explicación es obtener meramente la idea. Comprendemos intelectualmente que la vacuidad es vacía aunque cognoscente y que esos dos aspectos son indivisibles. Es como ir a una cantina donde realmente no saboreamos cosa alguna, excepto recibir sólo un paseo guiado o una explicación de los diferentes platos: “Esta es comida india, esa es comida china. Por allá está la cocina francesa.” Sin comer cosa alguna su conocimiento de la comida es sólo un entendimiento intelectual. Una vez que ponen finalmente la comida en su boca, eso es experiencia. Cuando su estómago esté lleno, eso es la realización. La realización es el colapso total y permanente de la confusión.

La cognición vacua es nuestra naturaleza. No podemos separar un aspecto de ella del otro. Vacua significa ‘no-compuesta de cualquier cosa que sea’; nuestra naturaleza siempre ha sido de esta manera. Sin embargo, mientras es vacua, tiene la capacidad de conocer, de experimentar, de percibir. No es tan difícil comprender esto; entiendan la teoría de que ésta cognición vacua es la naturaleza de Buda, la cualidad despierta auto-existente. Pero dejarlo en eso es lo mismo que mirar adentro de la cantina y no comer cosa alguna. Que nos cuenten acerca de la naturaleza de Buda, pero nunca hacerla realmente de nuestra experiencia personal no ayudará de forma alguna. Es como quedarse hambriento. Una vez que ponemos la comida en nuestra boca, descubrimos como sabe la comida. Esto ilustra la línea divisoria entre la idea y la experiencia.

De la misma manera, si tenemos un entendimiento correcto, en el momento que aplicamos lo que nuestro maestro enseña, reconocemos nuestra naturaleza. Que no hay entidad alguna para ser vista se llama ‘vacuidad’. La habilidad para conocer que la esencia de la mente es vacua se llama ‘cognición’. Si sólo fuera un espacio pelado, en blanco, ¿qué o quién conocería lo que está en ‘blanco’ o ‘vacío’ o ‘nada’? No habría reconocimiento. Estos dos aspectos, vacuo y cognoscente, son indivisibles. Esto se hace obvio para nosotros en el momento mismo en que miramos; no está oculto más. Entonces no sólo es una idea intelectual de cómo la vacuidad es, se hace parte de nuestra experiencia. En ese momento, el entrenamiento de meditación puede comenzar verdaderamente.

Podemos llamar a este entrenamiento ‘meditación’, pero no es un acto de meditar en el sentido habitual de la palabra. No hay un vaciamiento de la esencia de la mente por tratar de mantener un estado vacante impuesto artificialmente. ¿Por qué? Porque la esencia de la mente ya es vacua. Similarmente, no necesitamos hacer a esta esencia vacua cognoscente, ya es cognoscente. Todo lo que tienen que hacer es dejarla tal como es. De hecho, no hay nada que hacer sea lo que sea, así que ni siquiera podemos llamar a esto un acto de meditar. Hay un reconocimiento inicial, y de allí en adelante no tenemos que ser inteligentes con relación a ello o tratar de mejorarlo de cualquier manera que sea. Sólo déjenla ser naturalmente tal como es – eso es a lo que se llama meditación, o más precisamente ‘no-meditación’. Lo que es crucial es no estar distraído ni siquiera por un simple instante. Una vez que el reconocimiento ha tenido efecto, la no-meditación sin distracción es el punto clave de la práctica.

‘Distraído’ significa que una vez que la atención flaquea y se pierde a sí misma, los pensamientos y las emociones pueden tener efecto: “Quiero hacer esto y aquello. Tengo hambre. Quiero ir a ese lugar. Me pregunto qué debería decirle a esta persona; esto es lo que le diré.” La distracción es el retorno de todas estas clases de pensamientos, con lo cual la continuidad de la presencia no-dual se pierde. El entrenamiento es simplemente reconocer nuevamente. Una vez que el reconocimiento tiene efecto, no hay nada más que hacer; simplemente permitir que la esencia de la mente sea. Así es como se disuelve gradualmente el manto de nubes. El estado último está totalmente libre de cualquier obscurecimiento igual que el momento breve del reconocimiento. Sin embargo, en el último todavía está la tendencia para que las obscuraciones regresen. El estado de realización, la iluminación completa, significa que ningún manto de nubes jamás puede regresar; sus causas están entera y permanentemente eliminadas. Cuando las nubes se desvanezcan, ¿qué más puede cubrir al sol? Aquella es la realización final o última – cuando sólo hay una brillante, luz solar pura en todas partes del espacio sin cualquier manto de nubes que sea. En otras palabras, todo lo que necesitó ser removido ha sido removido y todo lo que necesitó ser actualizado ya está presente. El cielo vacío y la brillante luz solar no son de nuestra invención. Han estado siempre allí y son plenamente actualizados cuando el manto de nubes es eliminado. Todo lo que tuvo que ser abandonado ha, en este momento, sido abandonado. Todo lo que tuvo que ser realizado, ha sido realizado. Entonces, ¿qué es lo que queda?

La realización última, que es el tercer punto, se consigue a través de repetir el momento breve del reconocimiento muchas veces. Cuando el reconocimiento dure continuamente a lo largo del día hemos alcanzado el nivel de un bodhisattva. Cuando dure ininterrumpidamente, día y noche, hemos logrado la budeidad.

Acá esta la otra manera de ilustrar las diferencias entre el entendimiento intelectual, la experiencia y la realización. Imaginen que corren alrededor de la ciudad diciendo, “Todas las cosas son la unidad de la cognición vacua.” Digamos que gritan eso claro y alto en el mercado. Alguna gente pensará, “Esta persona está loca. ¿Cómo pueden ser todas las cosas la unidad de la cognición vacua? ¡Eso es un completo disparate! ¡Está loco!” Pero otra persona pensará, “No, esto no es un disparate. Está hablando acerca de cómo la mente es. No hay cosas separadas del perceptor, la mente misma. La mente es la unidad de la cognición vacía. Por lo tanto, todas las cosas son la unidad de la cognición vacua. ¡Está en lo correcto!” Esta es la diferencia entre tener y no tener el entendimiento correcto.

‘Todas las cosas’ en sánscrito es sarva dharma. Sarva significa todo, miríada, numeroso y dharma significa apariencias, fenómenos; lo percibido – todos los contenidos de nuestra experiencia, tales como imágenes, sonidos, aromas, sabores, texturas y así sucesivamente. Ahora, una persona ordinaria posiblemente no pueda entender como todas estas cosas que se supone que están ‘allá afuera’ puedan ser la cognición vacía. Ello no tiene sentido alguno. Así que naturalmente se preguntará acerca de lo que estaba parloteando ese demente en el mercado; y ésta es una respuesta normal. Pero una persona que tenga algún grado de entendimiento dirá, “Las cosas no se conocen a sí mismas. No es ninguna otra que la mente la que conoce a las cosas. Las cosas existen a causa de ser percibidas por una mente que percibe. Está mente es vacua y cognoscente, por lo tanto, todas las cosas son la unidad de la cognición vacía.” Tal compresión es correcta, aunque todavía sólo es un entendimiento intelectual.

El segundo paso, la experiencia, es algo más personal y no solamente una idea. No han oído meramente que la esencia de la mente es vacía y cognoscente; más bien, reconocen a esta esencia vacua realmente cuando sea señalada por el maestro y nuevamente cuando quiera que la recuerden. Este sentido de estar despierto y vacío – eso es la experiencia.

En el momento de la experiencia, lo que se reconoce no es algo nuevo. La cognición vacua siempre ha estado presente. Se llama a menudo la ‘cualidad despierta auto-existente’, rangjung yeshe. No es creada por el mero reconocimiento de ella, o a través de la instrucción de indicación. Es su naturaleza misma, su rostro natural. Lo que el maestro hace es decirles simplemente como mirar. Él meramente señala; nosotros reconocemos y la experimentamos. Pero alguna gente se rehúsa a entender esto. Piensan, “Primero debo deshacerme de mi sucia y vieja mente dualista. Debo descartarla de manera que la sorprendente mente de Buda pueda descender desde arriba, semejante a un hermoso dios disolviéndose dentro de mí. Entonces, estoy seguro, sucederá algo espectacular. Eso es lo que es reconocer la naturaleza de Buda, no tan sólo ver nada.” De esta manera, alguna gente simplemente se resiste a reconocer su naturaleza. Piensan, “¿Cómo puede este estado ordinario de la mente ser algo especial? Debe haber algo maravilloso que sucederá en algún momento – tal vez no ahora, sino en el futuro.” Si uno se queda esperando que alguna visión fabulosa ocurra, uno simplemente está moldeando las circunstancias para que alguna clase de fuerza demoníaca ingrese en uno. En términos de la naturaleza de Buda nada muy especial va a suceder, porque el real, el estado verdadero ya está presente. No es algo nuevo.

Por favor entiendan que hay tres pasos: reconocer, entrenarse y lograr estabilidad. El primero de estos pasos, reconocer, es como adquirir la semilla de una flor. Una vez que está en sus manos y reconocen que es una flor, puede ser plantada y cultivada. Cuando crezca plenamente, las flores florecerán, pero la semilla necesita las condiciones correctas. Sin embargo, primero debemos reconocer lo que es en verdad la semilla de una flor. De la misma manera, la presencia desnuda que ha sido señalada por su maestro debería ser reconocida como su naturaleza. Este reconocimiento debe ser nutrido por las condiciones correctas. Para cultivar una semilla, debe tener calor y humedad y así sucesivamente; entonces seguramente crecerá. De la misma manera, después de reconocer debemos entrenarnos en el estado natural: el momento breve del reconocimiento necesita ser repetido muchas veces. Como un soporte para este entrenamiento, tengan devoción hacia los seres iluminados y compasión por los seres que no están iluminados. La devoción y la compasión son la panacea universal, la técnica simple suficiente. Una cita famosa dice, “En el momento del amor, la naturaleza de la vacuidad alborea desnudamente.” Ambas compasión y devoción están incluidas en el ‘amor’ aquí mencionado.

El entrenamiento es simplemente momentos breves de reconocimiento repetidos muchas veces y apoyados por la devoción y la compasión. Además, están las llamadas prácticas del estado de desarrollo y de perfeccionamiento. Todas estas prácticas facilitan la no-distracción. Cuando le dan agua, calor y protección a una semilla germinada, continuará creciendo. Entrenándose repetidamente en la no-distracción es el cómo progresar en la práctica de la naturaleza de la mente.

Finalmente llega la etapa de la estabilidad. Cuando este momento de no-distracción dure incesantemente día y noche, ¿a qué se parecerá eso? Cuando los tres venenos sean consumidos y las cualidades del estado despierto se manifiesten plenamente ¿seremos seres humanos ordinarios o divinos? Una simple llama de una vela puede poner a toda la ladera de una montaña en llamas. Imaginen que ello sería semejante a cuando nuestra experiencia actual del momento despierto libre del pensamiento se vuelva incesante. ¿Hay algo más divino que poseer todas las cualidades de la sabiduría y el estar del todo libre de los tres venenos?

Podemos deducir de esto que se necesita el entrenamiento. Debemos crecer, igual como un bebé recién nacido. El camino para que nosotros hagamos esto es a través del entrenamiento. El infante nacido hoy y el adulto 25 años más tarde es esencialmente la misma persona, ¿no lo es? No es alguien más. Exactamente ahora, nuestra naturaleza es la naturaleza de Buda. Cuando estén plenamente iluminados, también será la naturaleza de Buda. Nuestra naturaleza es la naturalidad sin fabricar. Es de esta manera por sí misma: como el espacio, no necesita ser manufacturada. ¿Necesitamos imaginar o crear el espacio en nuestra habitación? Es lo mismo con la naturaleza de Buda. Pero sí necesitamos permitir que la experiencia de la naturaleza de Buda continúe por medio de la naturalidad sin fabricar.

Otro ejemplo de nuestra naturaleza, que es naturalidad sin fabricar, es el sol resplandeciente. En los seres ordinarios, éste brillo solar se desvía en el pensamiento conceptual que obscurece al sol. Los seres son arrebatados por sus pensamientos. Si simplemente la dejamos ser naturalmente tal como es, sin tratar de modificarla, no hay manera de errar, no hay manera de extraviarse del punto de vista. Es cuando tratamos de manufacturar o hacer algo que se vuelve artificial. Comprueben esto por ustedes mismos. ¿Es el momento que llaman su ‘naturaleza’ algo que necesiten hacer y mantener luego de una manera concertada, activa? ¿O es suficiente dejarla naturalmente tal como es? Esto es algo que deberían examinar por sí mismos.

Si durante su práctica empiezan a pensar, “Bien, este estado no es exactamente correcto, necesita ser un poco diferente,” o “Sospecho que es esto.” “¡Tal vez no es esto!” o “¡Ahora lo tengo!” “¡Justo lo tenía! Ahora se escabulló”, esto no es lo que quiero decir por naturalidad sin fabricar.

Un signo de haberse entrenado en rigpa, el estado despierto, es simplemente que el pensamiento conceptual, que es el opuesto de rigpa, crece menos y menos. La brecha entre los pensamientos se hace más larga y ocurre más y más frecuentemente. El estado de presencia sin fabricar, que los tantras llaman el ‘instante continuo de no-fabricación’, se hace más y más prolongado. Esta continuidad de rigpa no es algo que tengamos que mantener deliberadamente. Debería ocurrir espontáneamente al haberse familiarizado más con ella. Una vez que nos acostumbramos al estado genuino del rigpa sin fabricar, automáticamente comenzará a durar más y más tiempo.

¿Entonces, qué es lo que se quiere decir por estabilidad? Primero, para conseguir estabilidad, necesitamos haber reconocido el rigpa genuino. Deberíamos haber determinado claramente el estado verdadero. Por medio del entrenamiento, deberíamos haber conseguido algún grado de estabilidad en esto de modo que no somos arrebatados más por las circunstancias. Estas condiciones pueden ser o positivas o negativas. Las circunstancias negativas como las dificultades, los accidentes o las enfermedades, son mucho más fáciles de reconocer y no ser superados por ellas. Así, es más fácil practicar durante los momentos de dificultad que cuando se es exitoso. El peor obstáculo para el practicante es cuando multitudes de seguidores comienzan a reunirse y decir, “Eres tan maravilloso; eres un gran practicante. Eres muy especial. Por favor danos enseñanzas. Por favor guíanos.” Empezar a tener un gran séquito provoca la clase más difícil de obstáculo porque, salvo que uno sea del tipo de practicante adelantado, uno pensará, “Eh, tal vez sea especial. Tal vez haya algo en lo que dicen.” Sólo el tipo de practicante adelantado no será arrebatado por semejantes condiciones ‘positivas’. Cuando alcancemos el punto de no ser arrebatados por ninguna de las circunstancias positivas o negativas, habremos conseguido algo de estabilidad.

Hay signos de logro, tales como tener buena salud y una vida larga o volverse famoso e influyente, pero éstos pertenecen al tipo de logro superficial. Los verdaderos, inequívocos signos de logro como están establecidos por los maestros del linaje, son poseer compasión, devoción y un sentido agudo de la impermanencia. Combinado con esto, los pensamientos se extienden menos y menos y el estado despierto genuino dura por períodos crecientemente más largos.

Todas las dudas o incertidumbres considerando el punto de vista de rigpa deberían ser aclaradas. Cuando estamos libres de dudas, no hay nada que aclarar. La duda es un obstáculo que obstruye la visión. Si no hay obstáculo, tampoco hay nada que aclarar. Jigmey Lingpa dijo, “Cuando no pierdan la estabilidad innata de la presencia aún si [son interrogados por] cien grandes maestros o mil eruditos, entonces no quedará duda por aclarar.”

En algún punto a lo largo del sendero a la iluminación, el engaño del día se desvanece. Eventualmente, aún en la noche uno no cae de vuelta en el patrón de pensamiento engañado. Todos los fenómenos y estados conceptuales se disuelven nuevamente en el estado primordialmente puro del dharmata. Este es el dharmakaya mismo, del cual los dos rupakayas, sambhogakaya y nirmanakaya, se manifiestan espontáneamente para el bienestar de los seres sintientes, infinita e indefinidamente. Pero, hasta que eso suceda, todavía hay entrenamiento para ser sobrellevado.

Necesitamos prescindir gradualmente del pensamiento conceptual. Sería mejor, por supuesto, si pudiéramos simplemente surcarlo precisamente en este momento y nunca involucrarnos de nuevo con los pensamientos. ¿Pero somos capaces de arrojarlos? En el momento de la presencia sin fabricar los pensamientos no tienen el poder para quedarse, porque ese instante está totalmente libre de la dualidad del perceptor y lo percibido. En la llama de la presencia no-dual, el cabello del pensamiento conceptual no puede permanecer: Tal como un simple cabello no puede permanecer en una llama, un pensamiento no puede permanecer en el reconocimiento del estado despierto. Lo que llamamos sem, la mente dualista, siempre está involucrada en sostener los conceptos del perceptor y lo percibido. Rigpa, sin embargo, está desprovista por naturaleza de la dualidad. La base para la continuación del pensamiento conceptual es la dualidad. Si los conceptos del perceptor y lo percibido no son mantenidos firmes, la dualidad se desmorona, y no hay forma en que el pensamiento conceptual pueda continuar.

Nuestro pensamiento conceptual es parecido a un ladrón sigiloso que sólo puede robar a hurtadillas. Prueben esto; a plena luz del día en una reunión de mucha gente inviten al ladrón ahí para que robe todo lo que quiera. El ladrón será incapaz de hurtar cualquier cosa.

La línea de fondo es tratar, tanto como sea posible, de retener la estabilidad innata de la presencia no-dual, de ese instante continuo de no-fabricación. No creen o construyan cualquier cosa que sea; simplemente permitan que el momento de rigpa recurra repetidamente. Si se entrenan en esto con extrema diligencia, pueden lograr plenamente el estado de iluminación después de no más que unos pocos años. Aun si no son de ese calibre de practicante y practican moderadamente, como mínimo serán capaces de morir sin remordimiento.

No es difícil conseguir alguna comprensión intelectual del Dharma, como dicen, hablar es barato. Cualquiera puede hablar en torno a ello. Uno puede fácilmente decir, “El estado despierto es sorprendente. Está dotado con todas las cualidades perfectas, totalmente libre de cualquier defecto. De hecho, nada puede dañar jamás al estado de rigpa. Es totalmente incorrompible.” O es muy fácil decir, “Todo es ilusión. El mundo entero es meramente una ilusión. Nada tiene existencia independiente alguna o verdadera. Todo es un truco mágico.” Podemos entregar estas palabras de nuestras bocas, pero esto no es suficiente para destruir el estado de confusión, para hacer que nuestro engaño se caiga a pedazos. Para hacer esto, necesitamos la experiencia genuina.

Aquí experiencia, significa reconocer la esencia que es semejante al espacio. En el momento de rigpa, cualquier estado engañado se ve como infundado, ilusorio y sin raíz. La naturaleza falsa de los pensamientos se hace totalmente obvia, de una manera personal y muy inmediata que no sólo es una idea de lo que hemos oído. En ese momento tocamos directamente la verdad de aquellas expresiones. Por lograr estabilidad en esta experiencia directa, los grandes maestros del linaje Kagyü pudieron hacer declaraciones como, “La roca aquí es totalmente transparente. Todo es el truco mágico de la ilusión.” Debido a su nivel de realización, estos maestros podían atravesar la roca sólida, taladrarse ellos mismos en el suelo, caminar sobre el agua, volar por el aire y así sucesivamente. Esto no fue porque habían desarrollado algunos poderes especiales por medio de su práctica o porque eran muy fuertes u obstinados sino simplemente porque cada cosa es irreal desde el principio mismo. A causa de realizar la naturaleza insustancial de las cosas, tal como es, los practicantes han sido capaces de manifestar tales signos de logro. Por el contrario, podemos estudiar las enseñanzas y decir cosas sentenciosas como, “No hay acerca de qué preocuparse en el bardo. Todo lo que ocurre entonces es una ilusión; no hay nada real en torno a ello.” Pero cuando eventualmente arribemos en los estados del bardo, estaremos completamente enredados en el río furioso de nuestro miedo.

Déjenme reiterar los tres pasos, entendimiento intelectual, experiencia y realización. El entendimiento intelectual es, por ejemplo, haber oído acerca del estado despierto. La teoría, es, por supuesto, importante, y definitivamente deberíamos conocer la intención de las enseñanzas. Sin embargo, no deberíamos dejarlo en eso. Necesitamos incorporar todos los tres: la teoría, la experiencia y la realización.

Entonces está el reconocimiento, el entrenamiento y el conseguir la estabilidad. De estos tres, el reconocimiento es similar a la identificación de la semilla auténtica de una flor hermosa. El entrenamiento es semejante a la plantación de la semilla en suelo fértil, aplicando agua y así sucesivamente – sin dejar a la semilla situada sobre una piedra pelada. La semilla necesita las circunstancias apropiadas para echar raíz. Mediante la aplicación de estos recursos hábiles, nada sea lo que sea puede impedir a la planta del crecimiento. Asimismo, necesitamos entrenarnos, desarrollar la fortaleza del reconocimiento de la naturaleza de la mente. Después de aplicar agua y crear las condiciones de nutrición positivas, la planta seguramente crecerá más y más alta. Eventualmente, florecerá plenamente con flores hermosas brillantemente coloridas, porque este potencial era inherente a la semilla. Pero esto no sucede todo de una vez. De la misma manera, oímos acerca de las cualidades sorprendentemente grandes de la budeidad, tales como la cuádruple valentía, las dieciocho cualidades únicas de los budas, los diez poderes, las diez fortalezas y así sucesivamente. Entonces nos preguntamos, “¿Dónde están aquellas cualidades? ¿Cuando llegan no son visibles en el momento de la experiencia del estado despierto? ¿Qué está mal?” Puede ser entendido de la manera siguiente. En un vislumbre de unos pocos segundos del estado de rigpa, estas cualidades no son experimentadas igual que cuando el reconocimiento ha sido estabilizado. Si bien presentes inherentemente en nuestra naturaleza, estas cualidades no tienen tiempo para manifestarse por entero. Tal como la semilla es el elemento inequívoco para la flor plenamente florecida, así el momento del reconocimiento del estado despierto es definitivamente la base para la budeidad misma.

Si la semilla-flor se planta y se nutre, crecerá sin interrogantes. Pero no esperen que el momento de rigpa sea una experiencia sorprendente o espectacular. Realmente, hay un aspecto del estado despierto que es verdaderamente asombroso – el hecho de que el pensamiento conceptual y los tres venenos estén totalmente ausentes. Si miramos alrededor, aparte de rigpa, ¿qué puede poner realmente un final al pensamiento, el creador mismo del samsara? Podemos arrojar un millón de bombas nucleares sobre este mundo y volar todo en pedazos. Si aquello detiene el pensamiento conceptual y el engaño, ¡hagámoslo! Pero no lo hace. Sería fantástico si pudiéramos simplemente volar a todos los reinos samsáricos confundidos y terminarlos permanentemente, pero desafortunadamente eso no es posible. ¿Hay algo en este mundo que detenga al pensamiento engañado? Ningún otro que el momento de reconocer el estado despierto puede surcar verdaderamente la corriente del pensamiento engañado. Eso es muy sorprendente. No esperen que el momento actual de rigpa sea algo dramático; pero, ¡esta cualidad particular de ella en verdad es algo sorprendente!

En el pasado, maestros como Kyungpo Naljor, Tilopa y Naropa visitaron Uddiyana y describieron las visiones que tuvieron allí del reino puro de Vajra Yoguini, que está lleno de tierras sepulturales aterrorizantes y fuegos eternos horrorizantes y así sucesivamente. Más recientemente un grupo de gente normal fue allí, y volvió diciendo que todo lo que vieron fueron algunos pedruscos grandes y un pequeño charco de agua. “No vimos cosa alguna; sólo es un lugar normal,” le dijeron a un maestro llamado Gendün Chöpel, que murió hace unas pocas décadas. En respuesta, dijo, “Mientras que ni siquiera ven la inmutable naturaleza de la mente que es inseparable de ustedes mismos, ¿cómo pueden tener siquiera visiones de las deidades a través de la práctica de sadhana?” En otras palabras, si son incapaces de ver lo que ya poseen continuamente, ¿cómo pueden esperar percibir la tierra pura de Vajra Yoguini?

Los seres sintientes nunca se apartan de esta inmutable, naturaleza innata de la mente ni por aún un instante, aunque no la vean. Tal como la naturaleza del fuego es el calor y la naturaleza del agua es la humedad, la naturaleza de nuestra mente es rigpa, la presencia no-dual. Mientras nunca estamos alejados de ésta, no obstante no la reconocemos. ¿Cómo podemos esperar entonces tener cualquier visión especial? Primero debemos estar bien establecidos en el dharmata; entonces es posible ver la ciudad divina de Vajra Yoguini. Si no tuviéramos la naturaleza de Buda, quién podría ser culpado por no notarla. Pero, tal como el agua siempre es húmeda y el fuego siempre es caliente, la naturaleza de nuestra mente siempre es la sabiduría de la presencia. No podemos ser separados de nuestra naturaleza intrínseca.

Contenidos

  1. El Punto Vital
  2. Aplicación
  3. Atención
  4. Soltura

 

otros libros gratis