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La Doctrina Búdica de la Tierra Pura

La Doctrina Búdica de la Tierra Pura

por JEAN ERACLE

PRIMERA PARTE :: INTRODUCCIÓN A LOS «TRES SÛTRA»

Sección III. El sabor único de los «Tres Sûtra»

El SABOR ÚNICO DE LOS «TRES SÛTRA»

La doctrina de los «Tres Sûtra» es esencialmente búdica de principio a fin.

No se la puede, por tanto, interpretar fuera de las enseñanzas búdicas fundamentales. Precisamente a causa de este olvido, la mayoría de los autores occidentales han comprendido mal la doctrina y la práctica de las Escuelas de la Tierra Pura. Por su desconocimiento, han interpretado esa doctrina como un retorno al monoteísmo y esa práctica como un culto de devoción y amor análogo al BhaktiYoga de los hindúes e incluso a la mística cristiana. Pero no hay una sola línea en los «Tres Sûtra» que permita justificar tal manera de ver.

En realidad, los «Tres Sûtra» no tienen más que un solo sabor y ese sabor es el mismo que el de toda la enseñanza de Buddha. En efecto, él decía: «De igual manera que las aguas del gran océano no tienen más que un solo sabor, el de la sal, mi doctrina no tiene más que un solo sabor, el de la liberación.» Decía también: «¿Qué he enseñado? He enseñado: he aquí el sufrimiento, he aquí el origen del sufrimiento, he aquí la supresión del sufrimiento, he aquí el camino que conduce a la supresión del sufrimiento.» Al decir esto, Buddha rehusaba abordar las grandes cuestiones que con tanta fuerza agitan a la humanidad: Dios, la creación, la inmortalidad del alma, etcétera. Para él, todas estas cuestiones pertenecen al dominio de la opinión. Las coloca en bloque bajo las denominaciones de «Bosque de opiniones», «Desierto de opiniones» y «Juego de opiniones», mostrando así que sobre ello puede discutirse hasta perderse de vista sin llegar nunca a una certidumbre absoluta. En consecuencia, consideraba estos problemas como perfectamente inútiles para fundamentar una actitud práctica y alcanzar la paz espiritual. Es más, ya que todas las respuestas que se les aporte, tanto positivas como negativas, pueden siempre enfrentarse a la contradicción y la duda, las consideraba incluso perjudiciales y fuente de infinitas turbaciones. En consecuencia, enseñaba a sus discípulos a volver la espalda a todos esos vanos problemas para concentrar su esfuerzo en el equilibrio interior, pensando que una vez apaciguados interiormente, estarían en condiciones de ayudar eficazmente a los demás.

Los «Tres Sûtra» se mantienen rigurosamente dentro de esta perspectiva. No pretenden enseñar otra cosa que el camino de la liberación.

Al empezar el «Gran Sûtra», Sâkyamuni anuncia muy claramente su intención:

«Mediante una ilimitada compasión, es como Buddha se apiada de los tres reinos. He aquí para qué aparece en el mundo: para poner en evidencia las enseñanzas de la vía, en el deseo de salvar a la multitud de criaturas comunicándolas la verdadera felicidad.»

El «Sûtra de la Contemplación» se expresa de manera igualmente clara:

«¡Prestad mucha atención!, ¡prestad mucha atención!, ¡escuchadme bien! Os voy a explicar ahora con detalle cómo eliminar el sufrimiento y las tribulaciones. De esta manera podréis recordarlo y exponerlo ampliamente a los demás.»

Finalmente, el «Sûtra de Amida» proclama que todos los que sigan su enseñanza alcanzarán el último objetivo de toda vida espiritual según el Budismo:

«Si hay seres que en el pasado han emitido el voto, lo emiten ahora, o en el porvenir emiten el voto de renacer en la Tierra del Buddha Amida, todos ellos alcanzarán, sin nunca más retornar, el Supremo y Perfecto Despertar.»