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Vimalakirti Nirdesa
Capitulo 12: Visión del Universo Abhirati y del Tathagata Aksobhya
En esto, el Buddha dijo al Licchavi Vimalakirti: "Noble hijo, cuando vieras al Tathagata, cómo lo verías?"
Así preguntado, el Licchavi Vimalakirti dijo al Buddha: "Señor, cuando yo viera al Tathagata, lo vería no viendo a ningún Tathagata. Por qué? Lo veo como no nacido del pasado, no pasando hacia el futuro, y no residiendo en el presente. Por qué? Él es la esencia, la cual es la realidad de la materia, pero él no es materia. Él es la esencia, la cual es la realidad de la sensación, pero él no es la sensación. Él es la esencia, la cual es la realidad del intelecto, pero él no es el intelecto. Él es la esencia, la cual es la realidad de la motivación, y aun él no es la motivación. Él es la esencia, la cual es la realidad de la conciencia, y aun él no es la conciencia. Como el elemento del espacio, él no reside en ninguno de los cuatro elementos. Trascendiendo el alcance de ojo, oído, nariz, lengua, cuerpo y mente, él no es producido en los seis sentidos. Él no está involucrado en los tres mundos, está libre de los tres engaños, está asociado con la triple liberación, está dotado con los tres conocimientos, y verdaderamente ha obtenido lo in obtenible. El Tathagata al alcanzado el extremo de desapego en consideración a todas las cosas, y aun él no es un límite-realidad. Él reside en la realidad última, y aun no hay relación entre eso y él. Él no es producido desde las causas, ni depende de las condiciones. Él no es sin ninguna característica, ni tiene ninguna característica. Él no tiene naturaleza individual ni ninguna diversidad de naturalezas. Él no es una concepción, ni una construcción mental, ni es una no-concepción. Él no es ni la otra orilla, ni esta orilla, ni el medio. Él no está aquí, ni allí, ni en ninguna otra parte. Él no es esto ni aquello. Él no puede ser descubierto por la conciencia, ni es inherente a la conciencia. Él no es ni oscuridad ni luz. Él no es nombre ni signo. Él no es ni débil ni fuerte. Él no vive en ningún país o dirección. Él no es bueno ni malo. Él no es compuesto ni no-compuesto. Él no puede ser explicado como teniendo algún significado cualquiera. El Tathagata no es ni generosidad ni avaricia, ni moralidad ni inmoralidad, ni tolerancia ni malicia, ni esfuerzo ni pereza, ni concentración ni distracción, ni sabiduría ni ignorancia. Él es inexpresable. Él no es ni verdad ni falsedad; ni escape del mundo ni fracaso en escapar del mundo; ni causa e involucramiento en el mundo ni no causa de involucramiento en el mundo; él es la cesación de toda teoría y toda práctica. Él no es ni un campo de mérito ni un no campo de mérito; él es ni merecedor de ofrendas ni no merecedor de ofrendas. Él no es un objeto, y no puede ser contactado. Él no es una totalidad, ni una conglomeración. Él sobrepasa todos los cálculos. Él es completamente inigualado, y aun igual a la última realidad de las cosas. Él es sin par, especialmente en esfuerzo. Él sobrepasa toda medida. Él no va, no se queda, y no pasa más allá. Él no es ni visto, escuchado, distinguido ni conocido. Él es sin ninguna complejidad, habiendo obtenido la ecuanimidad de la gnosis omnisciente. Igual hacia todas las cosas, él no discrimina entre ellas. Él es sin reproche, sin exceso, sin corrupción, sin concepción, y sin intelectualización. Él es sin actividad, sin nacimiento, sin ocurrencia, sin origen, sin producción, y sin no producción. Él es sin miedo y sin subconciencia; sin tristeza, sin gozo, y sin violencia. Ninguna enseñanza verbal puede expresarlo. Tal es el cuerpo del Tathagata y así debería él ser visto. Quien lo ve así, ve verdaderamente. Quien lo ve de otro modo, ve falsamente".
El venerable Shariputra entonces le preguntó al Buddha: "Señor, en qué campo de Buddha murió el noble Vimalakirtim antes de reencarnar en este campo de Buddha?"
El Buddha dijo: "Shariputra, pregúntale a este buen hombre directamente dónde murió para reencarnar aquí".
Entonces el venerable Shariputra preguntó al Licchavi Vimalakirti: "Noble señor, dónde murió usted para reencarnar aquí?"
Vimalakirti declaró: " Hay algo entre las cosas que ves, anciano, que muera o renazca".
Shariputra: No hay nada que muera o sea renacido.
Vimalakirti: del mismo modo, reverendo Shariputra, como todas las cosas n mueren ni son renacidas, por qué preguntas "dónde moriste para reencarnar aquí?". Reverendo Shariputra, si uno fuera a preguntar a un hombre o a una mujer creada por un mago dónde él o ella han muerto para reencarnar aquí, qué crees que él o ella responderían?"
Shariputra: Noble señor, una creación mágica no muere, ni es renacida.
Vimalakirti: Reverendo Shariputra, no declaró el Tathagata que todas las cosas tienen la naturaleza de una creación mágica?
Shariputra: sí, noble señor, eso es de hecho así.
Vimalakirti: reverendo Shariputra, "muerte" es un fin de una creación, y "renacimiento" es la continuación de una creación. Pero, si bien un bodhisattva muere, él no pone fin a la creación de las raíces de virtud, y si bien él es renacido, él no se adhiere a la continuación del pecado.
Entonces el Buddha dijo al venerable Shariputra: "Shariputra, esta persona santa vino aquí desde la presencia del Tathagata Aksobhya en el universo Abhirati".
Shariputra: Señor, es maravilloso que esta persona santa, habiendo dejado un campo de Buddha tan puro como Abhirati, debiera gozar de un campo de Buddha tan lleno de defectos como este universo Saha!
Entonces el Licchavi Vimalakirti dijo: "Shariputra, qué crees? La luz del sol acompaña a la oscuridad?"
Shariputra: ciertamente no, noble señor!
Vimalakirti: entonces los dos no van juntos?
Shariputra: noble señor, aquellos dos no van juntos. Tan pronto como el sol aparece, toda la oscuridad es destruida.
Vimalakirti: entonces por qué el sol surge sobre el mundo?
Shariputra: surge para iluminar al mundo, y para eliminar la oscuridad.
Vimalakirti: así del mismo modo, reverendo Shariputra, el bodhisattva reencarna voluntariamente en campos de Buddha impuros para purificar a los seres vivos, para hacer que la luz de la sabiduría brille, y para aclarar la oscuridad. Dado que ellos no se asocian con las pasiones, ellos disipan la oscuridad de las pasiones de todos los seres vivos.
En eso, la multitud entera experimentó el deseo de contemplar el universo Abhirati, al Tathagata Aksobhya, sus bodhisattvas, y a sus grandes discípulos. El Buddha, conociendo los pensamientos de la multitud entera, dijo al Licchavi Vimalakirti: "Noble hijo, esta multitud desea contemplar el universo Abhirati y al Tathagata Aksobhya – muéstraselos!"
Entonces el Licchavi Vimalakirti pensó: "Sin levantarme de mi diván, tomaré en mi mano derecha el universo Abhirati y todo su contenido: sus cientos de miles de bodhisattvas; sus residencias de devas, nagas, yakshas, gandharvas y asuras, enmarcadas por sus montañas Cakravada; sus ríos, lagos, fuentes, corrientes, océanos y otros cuerpos de agua: su Monte Sumeru y otras colinas y tipos de montañas; su luna, su sol, y sus estrellas; sus devas, nagas, yakshas, gandharvas y asuras en sí mismos; su Brahma y su comitiva; sus villas, ciudades, pueblos, provincias, reinados, hombres, mujeres y casas; sus bodhisattvas; sus discípulos; el árbol de la iluminación del Tathagata Aksobhya y el Tathagata Aksobhya en sí mismo, sentado en medio de una asamblea vasta como un océano, enseñando el Dharma. También los lotos que completan el trabajo de Buddha entre los seres vivos; las tres escaleras enjoyadas que surgen desde esta tierra hasta el cielo Trayastrimsa, sobre las cuales los dioses de aquel cielo descienden al mundo a ver, honrar, y servir al Tathagata Aksobhya y a escuchar el Dharma, y sobre las cuales los hombres de la tierra escalan hacia el cielo Trayastrimsa para visitar a aquellos dioses. Como un alfarero con su torno, reduciré aquel universo Abhirati, con su depósito de innumerables virtudes, desde su base acuosa hasta su cielo Akanistha, a un tamaño minúsculo y, llevándolo suavemente como una guirnalda de flores, lo traeré hasta este universo Saha y lo mostraré a las multitudes."
Entonces, el Licchavi Vimalakirti entró en una concentración, y practicó un hecho milagroso de modo que redujo el universo Abhirati a un tamaño mínimo, y lo tomó con su mano derecha, y lo trajo hasta este universo Saha.
En aquel universo Abhirati, los discípulos, bodhisattvas, y aquellos entre los dioses y hombres que poseían el super conocimiento del ojo divino, gritaron todos: "Señor, estamos siendo transportados! Sugata, estamos siendo sacados! Protégenos, Oh Tathagata!".
Pero, para disciplinarlos, el Tathagata Aksobhya les dijo: " Ustedes están siendo llevados por el bodhisattva Vimalakirti. No es mi asunto".
En cuanto a los otros hombres y dioses, ellos no tenían conciencia de que estaban siendo llevados a ningún sitio. Si bien el universo Abhirati había sido traído al universo Saha, el universo Saha no era incrementado ni disminuido; no era ni comprimido ni obstruido. Ni era el universo Abhirati reducido internamente, y ambos universos aparecían iguales a como habían sido siempre.
En esto, el Buddha Shakyamuni preguntó a todas las multitudes: "Amigos, contemplen los esplendores del universo Abhirati, el Tathagata Aksobhya, el arreglo de este campo de Buddha, y los esplendores de estos discípulos y bodhisattvas!"
Ellos respondieron: "Los vemos, Señor!"
El Buddha dijo: "Aquellos bodhisattvas que desean abrazar semejante campo de Buddha se entrenan a sí mismos en todas las prácticas de los bodhisattvas del Tathagata Aksobhya."
Mientras Vimalakirti, con su poder milagroso, les mostraba así el universo Abhirati y el Tathagata Aksobhya, ciento cuarenta mil seres vivos entre los hombres y dioses del universo Saha concibieron el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi, y todos ellos formaron una plegaria para ser renacidos en el universo Abhirati. Y el Buddha profetizó que en el futuro todos serían renacidos en el universo Abhirati.
Y el Licchavi Vimalakirti, habiendo así desarrollado a todos los seres vivos que podían de ese modo ser desarrollados, regresó el universo Abhirati exactamente a su lugar anterior.
El Señor entonces dijo al venerable Shariputra: "Shariputra, viste ese universo Abhirati, y al Tathagata Aksobhya?"
Shariputra respondió: " Lo vi, Señor! Puedan todos los seres vivos llegar a vivir en un campo de Buddha tan espléndido como aquel! Puedan todos los seres vivos llegar a tener poderes milagrosos exactamente como aquellos del noble Licchavi Vimalakirti! Hemos ganado gran beneficio de haber visto a un hombre santo tal como él. Hemos ganado un gran beneficio de haber escuchado tal enseñanza del Dharma, ya sea que el Tathagata en sí mismo exista realmente o que ya haya obtenido la última liberación. Por lo tanto, no hay necesidad de mencionar el gran beneficio para aquellos que, habiéndolo oído, creído, confiado en él, abrazado, recordado, leído, y penetrado hasta su profundidad; y, habiendo encontrado fe en él, enseñen, reciten, y lo muestren a otros y se apliquen a sí mismos al yoga de la meditación al llegar su enseñanza. Aquellos seres vivos que comprenden correctamente esta enseñanza del Dharma obtendrán el tesoro de las joyas del Dharma. Aquellos que estudien correctamente esta enseñanza del Dharma se volverán compañeros del Tathagata. Aquellos que honren y sirvan a los adeptos de esta doctrina serán los verdaderos protectores del Dharma. Aquellos que escriban, enseñen y veneren esta enseñanza del Dharma serán visitados por el Tathagata en sus hogares. Aquellos que obtengan placer en esta enseñanza del Dharma abrazarán todos los méritos. Aquellos que lo enseñen a otros, aunque sea una estrofa de cuatro líneas, o una simple frase de resumen de esta enseñanza del Dharma, harán el gran sacrificio Dharma. Y aquellos que dediquen a esta enseñanza del Dharma su tolerancia, su celo, su inteligencia, su discernimiento, su visión, y sus aspiraciones, se volverán así sujetos de la profecía de futura Buddheidad!"
Traducción de
la versión inglesa de Robert A. F. Thurman por el Upasaka Kumgang, presidente del Centro Zen Buddhista Argentino |