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Vimalakirti Nirdesa
Epílogo
Antecedentes y Transmisión del Santo Dharma
Entonces Sakra, el príncipe de los dioses, dijo al Buddha: "Señor, anteriormente he escuchado del Tathagata y de Manjusri, el príncipe coronado de sabiduría, varios cientos de miles de enseñanzas del Dharma, pero nunca antes he escuchado una enseñanza del Dharma tan notable como esta instrucción de la entrada en el método de transformaciones inconcebibles. Señor, aquellos seres vivos que, habiendo escuchado esta enseñanza del Dharma, la aceptan, la recuerdan, la leen, y la comprenden, serán, sin duda, verdaderos recipientes del Dharma; no hay necesidad de mencionar a aquellos que se aplican a sí mismos al yoga de la meditación. Ellos cortarán toda posibilidad de vidas infelices, abrirán su camino a todas las vidas afortunadas, siempre serán cuidados por todos los Buddhas, siempre vencerán a todos los adversarios, y siempre conquistarán a todos los demonios. Ellos practicarán el camino de los bodhisattvas, tomarán sus lugares en el asiento de la iluminación, y habrán entrado verdaderamente al dominio de los Tathagatas. Señor, los nobles hijos e hijas que enseñarán y practicarán esta exposición del Dharma serán honrados y servidos por me y por mis seguidores. A las villas, ciudades, pueblos, estados, reinos, y capitales donde esta enseñanza del Dharma será aplicada, enseñada y demostrada, yo y mis seguidores iremos a escuchar el Dharma. Inspiraré a los incrédulos con fe, y garantizaré mi ayuda y protección a aquellos que creen y contemplan el Dharma".
Al oír esas palabras, el Buddha dijo a Sakra, el príncipe de los dioses: "Excelente! Excelente, príncipe de los dioses! El Tathagata se regocija en tus buenas palabras. Príncipe de los dioses, la iluminación de los Buddha del pasado, presente y futuro es expresada en este discurso de Dharma. Por lo tanto, príncipe de los dioses, cuando los nobles hijos e hijas lo acepten, lo repitan, lo comprendan profundamente, lo escriban completamente, y, haciéndolo un libro lo honren, aquellos hijos e hijas rendirán por lo tanto homenaje a los Buddhas del pasado, presente y futuro. Supongamos, príncipe de los dioses, que este universo galáctico de billones de mundos estuviera tan lleno de Tathagatas como está cubierto con bosques de caña de azúcar, con arbustos de rosas, con matorrales de bambú, con hierbas, y con flores, y aquel noble hijo o hija fueran a honrarlos, reverenciarlos, respetarlos y adorarlos, ofreciéndoles toda clase de comodidades y ofrendas durante un eon o más de un eon. Y supongamos que, estos Tathagatas habiendo entrado en la liberación última, él o ella honren a cada uno de ellos por medio de la veneración de sus cuerpos preservados en una stupa memorial hecha de piedras preciosas, cada una tan grande como un mundo con cuatro grandes continentes, levantándose tan alta como el mundo de Brahma, adornada con parasoles, banderas, estandartes y lámparas. Y supongamos finalmente que, habiendo erigido todas esas stupas para los Tathagatas, él o ella fuera a dedicar un eon o mas ofrendándoles flores, perfumes, banderas y estandartes, mientras tocan tambores y música. Habiendo hecho esto, qué crees, príncipe de los dioses? Recibirían esos nobles hijos e hijas mucho mérito como consecuencia de tales actividades?"
Sakra, el príncipe de los dioses, respondió: " Muchos méritos, Señor! Muchos méritos, Oh Sugata! Si uno fuera a dedicar cientos de miles de millones de eones, sería imposible de medir el límite de la masa de mérito que aquel noble hijo o hija reuniría de ese modo!"
El Buddha dijo: "Ten fe, príncipe de los dioses, y comprende esto: quienquiera que acepte esta exposición del Dharma llamada "Instrucción en la liberación inconcebible", la recite, y la comprenda profundamente, él o ella reunirán méritos aun más grandes que aquellos que practican los actos mencionados. Por qué así? Porque, príncipe de los dioses, la iluminación de los Buddhas surge del Dharma, y uno los honra por la veneración al Dharma, y no por la veneración material. Así esto es enseñado, príncipe de los dioses, y así debes comprenderlo".
El Buddha dijo además a Sakra, el príncipe de los dioses: "Una vez, príncipe de los dioses, hace mucho tiempo, mucho antes que eones más numerosos que los innumerables, inmensos, inconmensurables, inconcebibles, y aun antes de eso, el Tathagata llamado Bhaisajyaraja apareció en el mundo: un santo, perfecta y plenamente iluminado, dotado con el conocimiento y conducta, un bendito, conocedor del mundo, incomparable conocedor delos hombres que necesitan ser civilizados, maestro de hombre y dioses, un Señor, un Buddha. Él apareció en un eon llamado Vicarana en el universo llamado Mahavyuha. La duración de la vida de este Tathagata Bhaisajyaraja, perfectamente y completamente iluminado, fue de veinte eones cortos. Su comitiva de discípulos era de treinta y seis millones de billones, y su comitiva de bodhisattvas era de doce millones de billones. En esa misma era, príncipe de los dioses, hubo un monarca universal llamado Ratnacchattra, quien reinaba sobre los cuatro continentes y poseía siete joyas preciosas. Él tenía mil hijos heroicos, poderosos, fuertes, y capaces de conquistar enemigos armados. Este Rey Ratnacchattra honró al Tathagata Bhaisajyaraja y su comitiva con muchas ofrendas excelentes durante cinco eones cortos. Al fin de ese tiempo, el Rey Ratnacchattra dijo a sus hijos: "Reconociendo que durante mi reinado yo he adorado al Tathagata, a su turno ustedes también deberían adorarlo". Los mil príncipes dieron su consentimiento, obedeciendo a su padre el rey, y todos juntos, durante otros cinco eones cortos, honraron al Tathagata Bhaisajyaraja con toda clase de ofrendas excelentes. Entre ellos, había un príncipe con el nombre de Candracchattra, quien se retiró en soledad y pensó para sí: " no hay otro modo de adoración, aun mejor y más noble que este?" Entonces, por el poder supernatural del Buddha Bhaisajyaraja, los dioses le hablaron desde los cielos: "Buen hombre, la adoración suprema es la adoración del Dharma".
Candracchatra les preguntó: " Qué es esta adoración del Dharma?"
Los dioses respondieron: "Buen hombre, ve al Tathagata Bhaisajyaraja, pregúntale acerca de la adoración del Dharma, y él te lo explicará plenamente."
Entonces, el príncipe Candracchatra fue al Señor Bhaisajyaraja, el santo, el Tathagata, el insuperablemente, perfectamente iluminado, y habiéndose aproximado a él, e inclinado ante sus pies, lo rodeó por la derecha tres veces, y se retiró a un lado. Él luego preguntó: "Señor, he oído acerca de la "adoración-Dharma", que sobrepasa toda otra adoración. Qué es esta adoración Dharma?"
El Tathagta Bhaisajyaraja dijo: "Noble hijo, la adoración Dharma es aquella adoración rendida a los discursos enseñados por el Tathagata. Estos discursos son hondos y profundos en iluminación. Ellos no se conforman a lo mundano y son difíciles de comprender, difíciles de ver y difíciles de realizar. Son sutiles, precisos, y definitivamente incomprensibles. Como Escrituras, ellos son colectados en el canon de los bodhisattvas, estampados con la insignia del rey de las encantaciones y enseñanzas. Ellos revelan la irreversible rueda del Dharma, surgiendo de las seis trascendencias, limpios de toda falsa noción. Ellos son dotados con todas las ayudas de la iluminación y corporizan los siete factores de iluminación. Ellos introducen a los seres vivos a la gran compasión y les enseñan el gran amor. Ellos eliminan todas las convicciones de los Maras y ellos manifiestan la relatividad. Ellos contienen el mensaje de la carencia de yo, de la carencia de yo, la carencia de persona, la carencia de ser vivo, la carencia de tiempo de vida; la vaciedad, la carencia de signo, la carencia de deseo, la no realización, no producción y no ocurrencia. Ellos hacen posible el obtenimiento del asiento de la iluminación y ponen en movimiento la rueda del Dharma. Ellos son aprobados y elogiados por los jefes de los dioses, nagas, yakshas, gandharvas, asuras, garudas, kimnaras, y mahoragas. Ellos preservan intacta la herencia del santo Dharma, contienen el tesoro del Dharma, y representan la cima de la adoración Dharma. Ellos son contemplados por todos los seres santos y enseñan todas las prácticas de los bodhisattvas. Ellos inducen la comprensión sin error del Dharma en su último sentido. Ellos certifican que todas las cosas son impermanentes, miserables, sin yo y apacibles, y así epitomizan el Dharma. Ellos causan el abandono de la avaricia, la inmoralidad, la malicia, la pereza, la desmemoria, la estupidez, y los celos así como las malas convicciones, la adherencia a los objetos, y toda oposición. Ellos son elogiados por todos los Budas. Ellos son las medicinas para las tendencias de la vida mundana, y manifiestan auténticamente la gran felicidad de a liberación. Enseñar correctamente, contemplar, investigar, y comprender tales escrituras, así incorporando a la propia vida de uno el santo Dharma –esto es la adoración Dharma. Más aun, noble hijo, la adoración Dharma consiste en determinar el Dharma de acuerdo con el Dharma; aplicar el Dharma de acuerdo al Dharma; estar en armonía con la relatividad; estar libre de las convicciones extremistas; obtener la tolerancia del definitivo no nacimiento y no ocurrencia de todas las cosas; realizar la carencia de yo y la carencia de seres vivos; abstenerse de la lucha acerca de causas y condiciones, sin riña ni disputa; no ser posesivo; estar libre de egoísmo; confiar en el significado y no en la expresión literal; confiar en la gnosis y no en la conciencia; confiar en las enseñanzas últimas definitivas en significado y no insistir en las enseñanzas superficiales interpretables en significado; confiar en la realidad y no insistir en opiniones derivadas de autoridades personales; realizar correctamente la realidad del Buddha; realizar la última ausencia de cualquier conciencia fundamental; y vencer el hábito de aferrarse a un suelo último. Finalmente, obtener paz mediante detener todo desde la ignorancia hasta la vejez, muerte, tristeza, lamentación, miseria, ansiedad, y problema, y comprender que los seres vivos no conocen fin para sus puntos de vista concernientes a esos doce eslabones de la originación dependiente; entonces, noble hijo, cuando tú no te aferras a ningún punto de vista en absoluto, eso es llamado la adoración Dharma insuperable."
Príncipe de los dioses, cuando el príncipe Candracchatra escuchó esta definición de la adoración Dharma del Tathagata Bhaisajyaraja, él obtuvo la tolerancia conformativa del último no nacimiento; y, tomando sus mantos y ornamentos, él los ofreció al Buddha Bhaisajyaraja, diciendo: "Cuando el Tathagata esté en la última liberación, deseo defender este santo Dharma, protegerlo, y venerarlo. Pueda el Tathagata otorgarme su bendición supenatural, que yo pueda ser capaz de conquistar a Mara y a todos los adversarios e incorporar en todas mis vidas el santo Dharma de Buddha!"
El Tathagata Bhaisajyaraja, conociendo la gran resolución de Candracchatra, le profetizó que él sería, en un tiempo posterior, en el futuro, el protector, guardián, y defensor de la ciudad del santo Dharma. Entonces, príncipe de los dioses, el príncipe Candracchatra, por su gran fe en el Tathagata, dejó la vida de hogar para entrar en la vida sin hogar de un monje, y habiendo hecho esto, vivió haciendo grandes esfuerzos hacia el obtenimiento de virtud. Habiendo hecho gran esfuerzo y siendo bien establecido en virtud, él pronto produjo los cinco super conocimientos, comprendió las encantaciones, y obtuvo la elocuencia invencible. Cuando el Tathagata Bhaisajyaraja obtuvo la liberación última, Candracchattra, sobre la fuerza de sus super conocimientos y por el poder de sus encantaciones, hizo girar la rueda del Dharma exactamente como el Tathagata Bhaisajyaraja había hecho y continuó haciéndolo así durante diez eones cortos. Príncipe de los dioses, mientras el monje Candracchattra estaba ejercitándose a sí mismo así para proteger el santo Dharma, miles de millones de seres vivos alcanzaron el estado de irreversibilidad en el camino de la insuperable, perfecta iluminación, catorce billones de seres vivos fueron disciplinados en los vehículos de los discípulos y los sabios solitarios, e innumerables seres vivos tomaron renacimiento en los reinos humanos y celestiales. Tal vez, príncipe de los dioses, te estarás preguntando o experimentando alguna duda sobre si, en aquel tiempo anterior, el Rey Ratnacchattra era o no alguien más que el actual Tathagata Ratnarcis. No debes imaginar eso, porque el presente Tathagata Ratnarcis fue en ese tiempo, en aquella época, el monarca universal Ratnacchattra. En cuanto a los mil hijos del Rey Ratnacchattra, ellos son ahora los mil bodhisattvas del presente bendito eon, durante el curso del cual mil Budas aparecerán en el mundo. Entre ellos, Krakucchanda y otros ya han nacido, y aquellos restantes aun nacerán, desde Kakutsunda hasta el Tathagata Roca, quien será el último en nacer. Quizás, príncipe de los dioses, estás preguntándote si, en aquella vida, en aquel tiempo, el Príncipe Candracchattra que contempló el Santo Dharma del Señor Tathagata Bhaisajyaraja no era otro que yo mismo. Pero no debes imaginar eso, porque yo fui, en aquella vida, en aquel tiempo, el Príncipe Candracchattra. Así es necesario saber, príncipe de los dioses, que entre todas las adoraciones rendidas al Tathagata, la adoración Dharma es verdaderamente la mejor. Sí, es buena, eminente, excelente, perfecta, suprema, e insuperable. Y por consiguiente, príncipe de los dioses, no me veneres con objetos materiales sino venérame con la veneración Dharma! No me honres con objetos materiales sino hónrame por honor al Dharma!"
Entonces el Señor Shakyamuni dijo al bodhisattva Maitreya, el gran héroe espiritual: "Te transmito, Maitreya, esta iluminación insuperable, perfecta, que he obtenido sólo después de innumerables millones de billones de eones, para que, en un tiempo posterior, durante una vida posterior, una enseñanza similar del Dharma, protegida por tu poder supernatural, se esparcirá en el mundo y no desaparecerá. Por qué? Maitreya, en el futuro habrá noble hijos e hijas, devas, nagas, yakshas, gandharvas, y asuras, quienes, habiendo plantado las raíces de virtud, producirán el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi. Si ellos no escuchan esta enseñanza del Dharma, ellos ciertamente perderán incontables ventajas e incluso perecerán. Pero si ellos escuchan tal enseñanza, ellos se regocijarán, creerán, y la aceptarán sobre las coronas de sus cabezas. Por lo tanto, para proteger a aquellos futuros nobles hijos e hijas, debes esparcir una enseñanza como esta! Maitreya, hay dos gestos de los bodhisattvas. Cuáles son? El primero es creer en toda clase de frases y palabras, y el segundo gesto es penetrar exactamente el profundo principio del Dharma sin tener miedo. Tales son los dos gestos de los bodhisattvas. Maitreya, debe saberse que los bodhisattvas quienes creen en toda clase de palabras y frases, y se aplican ellos mismos en concordancia, son principiantes y no son experimentados en la práctica religiosa. Pero los bodhisattvas que leen, escuchan, creen y enseñan esta profunda enseñanza con sus expresiones impecables reconciliando dicotomías y sus análisis de estados de desarrollo, esos son veteranos en la práctica religiosa. Maitreya, hay dos razones por las que los bodhisattvas principiantes se lastiman a sí mismos y no se concentran en el Dharma profundo. Cuáles son? Escuchando esta profunda enseñanza nunca antes oída, ellos están aterrorizados y dudosos, no se regocijan, y la rechazan, pensando "de dónde viene esta enseñanza nunca antes oída". Ellos entonces contemplan a otros nobles hijos aceptando, volviéndose recipientes de, y enseñando esta profunda enseñanza, y ellos no la escuchan, no son amistosos hacia ellos, no la respetan, y no la honran, y eventualmente ellos van tan lejos como para criticarlas. Estas son las dos razones por las que los bodhisattvas principiantes se lastiman a sí mismos y no penetran el Dharma profundo. Hay dos razones por las que los bodhisattvas quienes aspiran al Dharma profundo se lastiman a sí mismos y no obtienen la tolerancia del último no nacimiento de las cosas. Cuáles son estas dos? Estos bodhisattvas desprecian y reprochan a los bodhisattvas principiantes, quienes no han estado practicando durante largo tiempo, y ellos no los inician o los instruyen en la enseñanza profunda. No habiendo gran respeto por esta enseñanza profunda, ellos no son cuidadosos acerca de sus reglas. Ellos ayudan a los seres vivos por medio de regalos materiales y no los ayudan por medio del regalo del Dharma. Tales, Maitreya, son las dos razones por las que los bodhisattvas quienes aspiran al Dharma profundo se lastiman a sí mismos y no obtendrán rápidamente la tolerancia del último no nacimiento de todas las cosas".
Habiendo sido así enseñando, el bodhisattva Maitreya dijo al Buddha: "Señor, las hermosas enseñanzas del Tathagata son maravillosas y verdaderamente excelentes. Señor, desde este momento en adelante, evitaré todos esos errores y defenderé y contemplaré este logro de Anuttara Samyak Sambodhi por el Tathagata durante innumerables cientos de miles de millones de billones de eones! En el futuro, colocaré en las manos de nobles hijos y nobles hijas quienes son merecedores recipientes del santo Dharma esta profunda enseñanza. Instilaré en ellos el poder de la memoria con la cual ellos pueden, habiendo creído en esta enseñanza, la retengan, la reciten, penetren sus profundidades, la enseñen, la propaguen, la escriban y la proclamen extensivamente a otros. Así los instruiré, Señor, y así puede saberse que en aquel tiempo futuro aquellos que crean en esta enseñanza y que entren profundamente en ella serán sostenidos por las bendiciones supernaturales del bodhisattva Maitreya".
En esto el Buddha dio su aprobación al bodhisattva Maitreya: "Excelente! Excelente! Tu palabra es bien dada! El Tathagata se regocija y recomienda tu buena promesa".
Entonces todos los bodhisattvas dijeron juntos en una voz: "Señor, nosotros también, después de la última liberación del Tathagata, vendremos desde nuestros varios campos de Buddha a esparcir ampliamente y lejos esta iluminación del Buddha perfecto, el Tathagata. Puedan todos los nobles hijos e hijas creer en esto!"
Entonces los cuatro Maharajas, los grandes reyes de los puntos cardinales, dijeron al Buddha: "Señor, en todas las ciudades, villas, pueblos, reinados, y palacios, dondequiera que este discurso del Dharma será practicado, contemplado, y correctamente enseñado, nosotros, los cuatro grandes reyes, iremos allí con nuestros ejércitos, nuestros jóvenes guerreros, y nuestras comitivas, a escuchar el Dharma. Y protegeremos a los maestros de este Dharma en un radio de una legua para que ninguno que infrinja heridas o perturbación contra esos maestros tenga ninguna oportunidad de herirlos".
Entonces el Buddha dijo al venerable Ananda: "Recibe esto, Ananda, esta expresión de las enseñanzas del Dharma. Recuérdala y enséñala ampliamente y correctamente a otros.
Ananda respondió: "He memorizado, Señor, esta expresión de las enseñanzas del Dharma. Pero cuál es el nombre de esta enseñanza, y cómo debería recordarla?"
El Buddha dijo: "Ananda, esta exposición del Dharma es llamada "Las enseñanzas de Vimalakirti" o "La reconciliación de las dicotomías" o incluso "Sección de la Liberación Inconcebible". Recuérdala así!"
Así habló el Buddha. Y el Licchavi Vimalakirti, el príncipe coronado Manjusri, el venerable Ananda, los bodhisattavas, los grandes discípulos, la multitud entera, y la totalidad del universo con sus dioses, hombres, asuras y gandharvas, se regocijaron extremadamente. Todos elogiaron estas declaraciones del Señor.
Fin del Sutra de Vimalakirti
fin del texto |
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Traducción de
la versión inglesa de Robert A. F. Thurman por el Upasaka Kumgang, presidente del Centro Zen Buddhista Argentino |