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Vimalakirti Nirdesa

Capitulo 3: La renuencia de los discípulos para visitar a Vimalakirti

Entonces, el Licchavi Vimalakirti pensó para sí mismo: "Estoy enfermo, yaciendo en mi cama dolorido, sin embargo el Tathagata, el santo, el perfectamente completo Buddha, no considera o tiene piedad de mí, y no envía a nadie para preguntar sobre mi enfermedad".

El Señor conocía este pensamiento en la mente de Vimalakirti y le dijo al venerable Shariputra: "Shariputra, ve a preguntar sobre la enfermedad del Licchavi Vimalakirti".

Habiéndose dirigido así, el venerable Shariputra respondió al Buddha: "Señor, yo estoy de hecho renuente en ir a preguntar al Licchavi Vimalakirti acerca de su enfermedad. Por qué? Yo recuerdo un día, cuando yo estaba sentado al pie de un árbol en la selva, absorto en contemplación, el Licchavi Vimalakirti vino al pie del árbol y me dijo: "Reverendo Shariputra, este no es el modo para que te absorbas en contemplación. Debes absorberte en contemplación de modo que ni cuerpo ni mente aparezcan en cualquier parte en el mundo triple. Debes absorberte en contemplación de modo que puedas manifestar todo el comportamiento ordinario sin abandonar la cesación. Debes absorberte en contemplación de modo que puedas manifestar la naturaleza de una persona ordinaria sin abandonar tu naturaleza espiritual cultivada. Debes absorberte en contemplación de modo que la mente ni se asiente adentro ni se mueva hacia las formas externas. Debes absorberte en contemplación de modo que las treinta y siete ayudas para la iluminación se manifiesten sin desvío hacia cualquier convicción. Debes absorberte en contemplación de modo seas puesto en liberación sin abandonar las pasiones que son la provincia del mundo".

"Reverendo Shariputra, aquellos que se absorben a sí mismos en contemplación de tal modo son declarados por el Señor como los que son verdaderamente absortos en contemplación."

"Señor, cuando escuché esta enseñanza, yo era incapaz de responder y permanecí en silencio. Por consiguiente, estoy renuente de ir a preguntar a ese buen hombre acerca de su enfermedad".

Entonces, el Buddha dijo al venerable Maha Maudgalyayana: "Maudgalyayana, ve a preguntar al Licchavi Vimalakirti acerca de su enfermedad". (Maha es un título que significa "Grande").

Maudgalyayana respondió: "Señor, yo estoy de hecho renuente a ir a preguntar al Licchavi Vimalakirti sobre su enfermedad. Por qué? Recuerdo un día que yo estaba enseñando el Dharma a los jefes de familia en una plaza en la gran ciudad de Vaisali, y el Licchavi Vimalakirti vino y me dijo: "Reverendo Maudgalyayana, este no es el modo de enseñar el Dharma a los jefes de familia con sus ropas blancas. El Dharma debe ser enseñado de acuerdo a la realidad".

"Reverendo Maudgalyayana, el Dharma es sin seres vivos, porque es libre del polvo de los seres vivos. Es sin yo, porque es libre del polvo del deseo. Es sin vida, porque es libre de nacimiento y muerte. Es sin personalidad, porque se esparce con los orígenes pasados y los futuros destinos. El Dharma es paz y pacificación, porque es libre del deseo. No se vuelve un objeto, porque es libre de palabras y letras; es inexpresable, y trasciende todo movimiento de la mente. El Dharma es omnipresente, porque es como el espacio infinito. Es sin color, marca, o forma, porque es libre de todos los procesos. Es sin el concepto de "mío", porque es libre de la noción habitual de posesión. Es sin ideación, porque es libre de mente, pensamiento, o conciencia. Es incomparable, porque no tiene antítesis. Es sin presunción de condicionalidad, porque no se conforma a las causas".

"Penetra parejamente todas las cosas, porque todas están incluidas en el reino supremo. Se conforma a la realidad por los medios del proceso de no-conformidad. Reside en el límite de la realidad, porque es expresamente sin fluctuación. Es inamovible, porque es independiente de los seis objetos de los sentidos. Es sin ir ni venir, porque nunca permanece quieto. Es comprimido por la vaciedad, es notable a través de la carencia de marcas, y es libre de presunción y repudio, porque es sin deseo. Es sin establecimiento ni rechazo, sin nacimiento ni destrucción. Es sin ninguna conciencia fundamental, trascendiendo el rango de ojo, oído, nariz, lengua, cuerpo y pensamiento. Es sin altura ni bajeza. Reside sin movimiento o actividad".

"Reverendo Maha Maudgalyayana, cómo podría haber una enseñanza en consideración a semejante Dharma? Reverendo Maha Maudgalyayana, aun la expresión "enseñar el Dharma" es presuntuosa, y aquellos que la escuchan, escuchan presunción. Reverendo Maudgalyayana, donde no hay palabras presuntuosas, no hay maestro del Dharma, nadie escucha, y nadie comprende. Es como si una persona ilusoria fuera a enseñar el Dharma a gente ilusoria."

"Por consiguiente, debes enseñar el Dharma manteniendo tu mente en esto. Debes ser adepto en considerar las facultades espirituales de los seres vivos. Por los medios de la correcta visión del ojo de la sabiduría, manifestar la gran compasión, reconociendo la benevolente actividad del Buddha, purificando tus intenciones, comprendiendo las expresiones definitivas del Dharma, debes enseñar el Dharma para que la continuidad de los Tres Tesoros no pueda nunca ser interrumpida".

"Señor, cuando Vimalakirti había discurrido así, ochocientos jefes de familia en la multitud concibieron el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi, y yo mismo quedé sin palabras. Por consiguiente, Señor, estoy renuente a ir a preguntar a este buen hombre sobre su enfermedad".

Entonces, el Buddha le dijo al venerable Mahakasyapa: "Mahakasyapa, ve a visitar al Licchavi Vimalakirti para preguntar por su enfermedad".

"Señor, de hecho estoy renuente a ir donde Licchavi Vimalakirti para preguntar por su enfermedad. Por qué? Recuerdo un día, cuando yo estaba en la calle de los pobres mendigando mi alimento, el Licchavi Vimalakirti vino y me dijo:

"Reverendo Mahakasyapa, evitar la casa de los ricos, y favorecer la casa de los pobres, esto es parcialidad en benevolencia. Reverendo Mahakasyapa, deberías vivir en el hecho de la igualdad de las cosas, y debes buscar limosnas en consideración a todos los seres vivos en todo momento. Debes mendigar tu alimento en la conciencia de la suprema no-existencia de la comida. Deberías buscar limosnas por el bien de la eliminación del materialismo de los demás.

Cuando entras a una ciudad, debes mantener en mente su vaciedad real, sin embargo debes proseguir en eso en función de desarrollar a los hombres y mujeres. Debes entrar en los hogares como si entraras en la familia del Buddha. Debes aceptar limosnas sin tomar nada. Debes ver la forma como un ciego de nacimiento, oír los sonidos como si fueran ecos, oler los aromas como si fueran vientos, experimentar los sabores sin ninguna discriminación, tocar lo tangible en conciencia de la suprema falta de contacto en gnosis, y conocer las cosas con la conciencia de una criatura ilusoria. Eso que es sin sustancia intrínseca y sin sustancia impartida no se quema. Y lo que no se quema no será extinguido.

"Anciano Mahakasyapa, si equipado (en estado de equilibrio) en las ocho liberaciones sin trascender las ocho perversiones, puedes entrar en la ecuanimidad de la realidad por los medios de la ecuanimidad de la perversión, y si puedes hacer un regalo a todos los seres vivos y ofrendar a todos los santos y Budas con incluso una simple medida de limosnas, entonces puedes comer tú mismo. Así, cuando comes, después de ofrendar, no deberías estar afectado por las pasiones ni libre de las pasiones, ni involucrado en la concentración ni libre de la concentración, ni vivir en el mundo ni residir en la liberación. Más aun, aquellos que dan tales limosnas, reverendo, no tienen ni gran mérito ni pequeño mérito, ni ganan ni pierden. Ellos deben seguir el camino de los Budas, no el camino de los discípulos. Sólo de este modo, Anciano Mahakasyapa, es la práctica de comer por limosnas significativamente".

"Señor, cuando escuché esta enseñanza, fui asombrado y pensé: "Reverencia a todos los bodhisattvas! Si un bodhisattva laico puede estar adornado con tal elocuencia, quien es aquel que no concebiría el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi? Desde ese momento en adelante, ya no recomendé más los vehículos de los discípulos y de los sabios solitarios, sino que recomendé el Mahayana. Y así, Señor, estoy renuente de ir hacia ese buen hombre a preguntar sobre su enfermedad".

Entonces, el Buddha dijo al venerable Subhuti: "Subhuti, ve a ver al Licchavi Vimalakirti para preguntar sobre su enfermedad".

Subhuti respondió: "Señor, de hecho estoy renuente a ir a ver a ese buen hombre para preguntar por su enfermedad. Por qué? Mi Señor, recuerdo un día, cuando iba a mendigar mi comida a la casa del Licchavi Vimalakirti en la gran ciudad de Vaisali, él tomó mi cuenco y lo llenó con algo de comida excelente y me dijo: "Reverendo Subhuti, toma mi comida si comprendes la igualdad de todas las cosas, por los medios de la igualdad de los objetos material, y si comprendes la igualdad de todos los atributos del Buddha, por los medios de la igualdad de todas las cosas. Toma esta comida si, sin abandonar el deseo, la ira y la ignorancia, puedes evitar la asociación con ellos; si puedes seguir el sendero del camino único sin siquiera perturbar los puntos de vista egoístas. Si puedes producir el conocimiento y las liberaciones sin conquistar la ignorancia y el deseo por la existencia; si, por la igualdad de los cinco pecados mortales, alcanzas la igualdad de la liberación; si no eres ni liberado ni atado; si no ves las Cuatro Nobles Verdades, y sin embargo no eres el que "no ha visto la verdad"; si no has alcanzado ningún fruto, y sin embargo no eres "el que no ha alcanzado"; si eres una persona ordinaria, y aun sin las cualidades de una persona ordinaria; si no eres santo, sin embargo no eres no santo; si eres responsable de todas las cosas, y aun eres libre de toda noción concerniente a cualquier cosa. Toma esta comida, reverendo Subhuti, si, sin ver al Buddha, escuchar el Dharma, o servir en la Sangha, emprendes la vida religiosa bajo los seis maestros heterodoxos; llamados Purana Kasyapa, Maskarin Gosaliputra, Samjayin Vairatuputra, Kakuda Katyayana, Ajita Kesakambala, y Nirgrantha Jnaniputra, y sigues los caminos que ellos prescriben. Toma esta comida, reverendo Subhuti, si, entreteniendo todos los puntos de vista falsos, no encuentras ni extremo ni medio; si, atado en las ocho adversidades, no obtienes condiciones favorables; si, asimilando las pasiones, no obtienes purificación; si el desapasionamiento de los seres vivos es tu desapasionamiento, reverendo; si aquellos que te hacen ofrendas no están de ese modo purificados; si aquellos que te ofrecen comida, reverendo, aun caen en las tres malas migraciones; si te asocias con todos los Maras; si entretienes todas las pasiones; si la naturaleza de las pasiones es la naturaleza de un reverendo; si tienes sentimientos hostiles hacia todos los seres vivos; si desprecias a todos los Buddhas; si criticas todas las enseñanzas del Buddha; si no confías en la Sangha; y finalmente, si nunca entras en la liberación suprema".

"Señor, cuando escuché estas palabras del Licchavi Vimalakirti, me pregunté qué debería decir y qué debería hacer, pero estuve totalmente en tinieblas. Dejando el cuenco, estaba por irme de la casa cuando el Licchavi Vimalakirti me dijo: "Reverendo Subhuti, no temas a estas palabras, y lleva tu cuenco. Qué piensas, reverendo Subhuti? Si fuera una encarnación creada por el Tathagata la que te habló así, tendrías miedo?"

"Yo respondí: "No, de hecho, noble señor!"

Luego él dijo: " Reverendo Subhuti, la naturaleza de todas las cosas es como la ilusión, como una encarnación mágica. Así que no debes temerles. Por qué? Todas las palabras son también de esa naturaleza, y así el sabio no está apegado a las palabras, ni les teme. Por qué? Todos los idiomas no existen definitivamente, excepto como liberación. La naturaleza de todas las cosas es la liberación".

"Cuando Vimalakirti hubo discurrido de este modo, doscientos dioses obtuvieron la visión doctrinal pura en consideración a todas las cosas, sin oscuridad ni engaño, y quinientos dioses obtuvieron la tolerancia de la conformidad. En cuanto a mí, quedé sin palabras e incapaz de responderle. Por consiguiente, Señor, estoy renuente de ir a ver a este buen hombre para preguntar sobre su enfermedad".

Entonces, el Buddha le dijo al venerable Purna-maitrayaniputra: "Purna, ve a visitar al Licchavi Vimalakirti a preguntar sobre su enfermedad".

Purna respondió: "Señor, de hecho estoy renuente a ir a ver a este buen hombre para preguntar por su enfermedad. Por qué? Señor, recuerdo cuando yo estaba enseñando el Dharma a algunos monjes jóvenes en la gran selva, el Licchavi Vimalakirti fue allí y me dijo: "Reverendo Purna, primero concéntrate tú mismo, considera la mente de estos jóvenes Bhikkhus, y luego enséñales el Dharma! No pongas comida podrida en un cuenco enjoyado! Primero comprende las inclinaciones de estos monjes, y no confundas zafiros invalorables con cuentas de vidrio! Reverendo Purna, sin examinar las facultades espirituales de los seres vivos, no presumas acerca de la unilateralidad de sus facultades; no hieras a aquellos que no tienen heridas; no impongas un camino estrecho a quienes aspiran a un gran camino; no intentes verter el gran océano en la huella de la pezuña de un buey; no intentes poner el Monte Sumeru en un grano de mostaza; no confundas la brillantez del sol con la luz de una luciérnaga; y no expongas ante quienes admiran el rugido de un león al aullido de un chacal!"

"Reverendo Purna, todos estos monjes estuvieron anteriormente comprometidos en el Mahayana pero han olvidado el espíritu de la iluminación. Entonces no los instruyas en el vehículo del discípulo. El vehículo del discípulo no es definitivamente válido, y ustedes discípulos son como hombres ciegos de nacimiento, en cuanto al reconocimiento de los grados de facultades espirituales de los seres vivos".

En ese momento, el Licchavi Vimalakirti entró en tal concentración que aquellos monjes fueron causados a recordar sus varias existencias previas, en las cuales ellos habían producido las raíces de virtud por servir a quinientos Budas por el bien de la iluminación perfecta. Tan pronto como sus propios espíritus de iluminación se volvieron claros para ellos, se inclinaron a los pies de ese buen hombre y presionaron sus palmas juntas en reverencia. Él les enseñó el Dharma, y todos ellos alcanzaron el estado de irreversibilidad desde el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi. Me vino a la mente entonces: "los discípulos, que no conocen los pensamientos o las inclinaciones de otros, no son capaces de enseñar el Dharma a nadie. Por qué? Estos discípulos no son expertos en discernir la superioridad e inferioridad de las facultades espirituales de los seres vivos, y no siempre están en un estado de concentración como el Tathagata, el Santo, el perfectamente realizado Buddha"

"Por esto, Señor, estoy renuente a ir a ver a ese buen hombre a preguntarle sobre su salud".

El Buddha entonces le dijo al venerable Maha Katyayana: "Katyayana, ve a donde el Licchavi Vimalakirti para preguntar por su enfermedad".

Katyayana respondió: "Señor, de hecho estoy renuente a ir hacia aquel buen hombre a preguntar por su enfermedad. Por que? Recuerdo un día cuando, después de que el Señor hubiera dado alguna instrucción breve a los monjes, yo estaba definiendo las expresiones de ese discurso por la enseñanza del significado de la impermanencia, el sufrimiento, la carencia de yo, y la paz; el Licchavi Vimalakirti llegó allí y me dijo: "Reverendo Maha Katyayana, no enseñes la realidad suprema adornada con actividad, producción, y destrucción! Reverendo Maha Katyayana, nada ha sido jamás destruido, es destruido o será jamás destruido. Tal es el significado de "impermanencia". El significado de la realización del no-nacimiento, a través de la realización de la vaciedad de los cinco agregados, es el significado de "sufrimiento". El hecho de la no dualidad del yo y la carencia del yo es el significado de "no yo". Eso que no tiene sustancia intrínseca y ninguna otra clase de sustancia no se quema, y lo que no se quema no es extinguido; tal falta de extinción es el significado de "paz".

"Cuando hubo discurrido así, las mentes de los monjes fueron liberadas de sus engaños y entraron al estado de no aferramiento. Por esto, Señor, soy renuente a ir a ver a ese buen hombre para preguntar por su enfermedad".

El Buddha entonces dijo al venerable Aniruddha: "Aniruddha, ve a ver al Licchavi Vimalakirti para preguntar por su enfermedad".

"Mi Señor, de hecho estoy renuente a ir a ver al buen hombre para preguntar por su enfermedad. Por qué? Recuerdo, Señor, un día cuando yo estaba dando un paseo, el gran Brahma llamado Subhavyuha y los diez mil otros Brahmas que lo acompañaban iluminaron el lugar con su radiación y, habiendo inclinado sus cabezas a mis pies, se retiraron a un lado y me preguntaron: "Reverendo Aniruddha, has sido proclamado por el Buddha como el más sobresaliente entre aquellos que poseen el ojo divino. A qué distancia la divina visión del venerable Aniruddha se extiende? Yo respondí : "Amigos, yo veo el universo galáctico de billones de mundos del Buddha Shakyamuni tan llanamente como un hombre de visión ordinaria ve una nuez de myrobalan en la palma de su mano". Cuando terminé de decir esto, el Licchavi Vimalakirti llegó allí y, habiendo inclinado su cabeza a mis pies, me dijo: "Reverendo Aniruddha, está tu ojo divino no compuesto en naturaleza? Si es compuesto en naturaleza, es el mismo que el súper conocimiento del heterodoxo. Si es no compuesto en naturaleza, entonces no es construido, y, como tal, es incapaz de ver. Entonces, cómo ves, Oh anciano?"

"Al oír esas palabras, quedé sin habla, y Brahma también se sorprendió al escuchar esta enseñanza de ese buen hombre. Habiéndose inclinado ante él, él dijo: "Quién, entonces, en el mundo, posee el ojo divino?"

"Vimalakirti respondió: "en el mundo, son los Buddhas quienes tienen el ojo divino. Ellos ven todos los campos de Buddha sin siquiera dejar su estado de concentración y sin ser afectados por la dualidad".

"Habiendo oído estas palabras, los diez mil Brahmas estuvieron inspirados con gran resolución y concibieron el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi. Habiendo rendido homenaje y respetado tanto a mí como a ese buen hombre, ellos desaparecieron. En cuanto a mí, permanecí sin habla, y por consiguiente estoy renuente a ir a ver a ese buen hombre para preguntar por su enfermedad."

El Buddha entonces dijo al venerable Upali: "Upali, ve a ver al Licchavi Vimalakirti para preguntar sobre su enfermedad".

Upali respondió: "Señor, de hecho estoy renuente a ir a ver a aquel gran hombre para preguntar por su enfermedad. Por qué? Señor, recuerdo un día en que había dos monjes que habían cometido alguna infracción y estaban muy avergonzados de aparecer ante el Señor, así que vinieron hacia mí y dijeron: "Reverendo Upali, hemos cometido ambos una infracción pero estamos muy avergonzados de aparecer ante el Buddha. Venerable Upali, gentilmente quita nuestras ansiedades mediante absolvernos de esas infracciones."

"Señor, mientras estaba dando a aquellos monjes algún discurso religioso, el Licchavi Vimalakirti llegó allí y me dijo: "Reverendo Upali, no agraves de más los pecados de estos dos monjes. Sin dejarlos perplejos, alivia su remordimiento. Reverendo Upali, el pecado no es para ser aprehendido dentro o fuera, o entre los dos. Por qué? El Buddha ha dicho: "Los seres vivos están afligidos por las pasiones del pensamiento y ellos son purificados por la purificación del pensamiento". "Reverendo Upali, la mente no está ni dentro ni fuera, ni es para ser aprehendida entre los dos. El pecado es exactamente igual que la mente, y todas las cosas son iguales al pecado. Ellas no escapan a esta misma realidad. Reverendo Upali, esta naturaleza de la mente, por virtud de la cual tu mente, reverendo, es liberada- se vuelve afligida alguna vez?

"Nunca", respondí.

"Reverendo Upali , las mentes de todos los seres vivos tienen todas la misma naturaleza. Reverendo Upali, las pasiones consisten en conceptualizaciones. La suprema no existencia de esas conceptualizaciones y fabricaciones imaginarias – esa es la pureza que es la naturaleza intrínseca de la mente. Los malentendidos son pasiones. La suprema ausencia del malentendido es la naturaleza intrínseca de la mente. La presunción del yo es pasión. La ausencia del yo es la naturaleza intrínseca de la mente. Reverendo Upali, todas las cosas son sin producción, destrucción, y duración, como ilusiones mágicas, nubes, y relámpago; todas las cosas son evanescentes, no permaneciendo ni aun un instante; todas las cosas son como sueños, alucinaciones, y visiones irreales; son como el reflejo de la luna en el agua y como una imagen de espejo; son nacidas de la construcción mental. Aquellos que saben esto son llamados los verdaderos sostenes de la disciplina, y aquellos disciplinados de ese modo son de hecho bien disciplinados".

"Entonces los dos monjes dijeron: "este dueño de casa está extremadamente bien adornado con sabiduría. El reverendo Upali, que fue proclamado por el Señor como el más sobresaliente de los sostenedores de la disciplina, no es su igual".

Luego le dije a los dos monjes: " "No entretengan la noción de que hay un mero dueño de casa! Por qué? Con la excepción del Tathagata mismo, no hay discípulo o bodhisattva capaz de competir con su elocuencia o rivalizar con la brillantez de su sabiduría".

"En esto, los dos monjes, liberados de sus ansiedades e inspirados con gran resolución, concibieron el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi. Inclinándose ante este buen hombre, ellos hicieron el voto: "puedan todos los seres vivos obtener la elocuencia tal como esta!" Por consiguiente, yo estoy renuente a ir a ver a ese buen hombre para preguntar por su enfermedad".

El Buddha luego dijo al venerable Rahula: "Rahula, ve a ver al Licchavi Vimalakirti para preguntar por su enfermedad".

Rahula respondió: "Señor, yo estoy de hecho renuente a ir a ver a ese buen hombre para preguntar por su enfermedad. Por qué? Señor, recuerdo que un día varios jóvenes caballeros Licchavi vinieron al lugar donde yo estaba y me dijeron: "Reverendo Rahula, tú eres el hijo del Señor, y, habiendo renunciado al reino de un monarca universal, has abandonado el mundo. Cuáles son las virtudes y beneficios que veías en vivir en el mundo?"

"Mientras yo les enseñaba apropiadamente los beneficios y virtudes de renunciar al mundo, el Licchavi Vimalakirti llegó allí y, habiéndome saludado, dijo: "Reverendo Rahula, no deberías enseñar los beneficios y virtudes en consideración al modo en que lo haces. Por qué? La renunciación en sí misma es la misma ausencia de virtudes y beneficios. Reverendo Rahula, uno puede hablar de los beneficios y virtudes con relación a las cosas compuestas, pero la renunciación es no compuesta, y allí no puede haber asunto de beneficios y virtudes en consideración a lo no-compuesto. Reverendo Rahula, la renunciación no es material sino que es libre de materia. Es libre de los puntos de vista extremos de comienzo y fin. Es el camino de la liberación. Es elogiada por el sabio, abrazada por los santos, y causa la derrota de todos los Maras. Libera de los cinco estados de existencia, purifica los cinco ojos, cultiva los cinco poderes, y apoya las cinco facultades espirituales. La renunciación es totalmente inofensiva para los demás, y no es adulterada con cosas malas. Su disciplina es heterodoxa, trascendiendo todas las denominaciones. Es el puente sobre el pantano del deseo, sin aferrar, y libre de los hábitos de "yo" y "mío". Es sin apego y sin perturbación, eliminando toda conmoción. Disciplina la mente de uno y protege las mentes de los demás. Favorece la quiescencia mental y estimula el análisis trascendental. Es irreprochable en todos los aspectos y por eso es llamada renunciación. Aquellos que dejan lo mundano de este modo son llamados "verdaderos renunciantes". Jóvenes, renuncien al mundo en la luz de esta clara enseñanza! La apariencia del Buddha es extremadamente rara. La vida humana adornada con ocio y oportunidad es verdaderamente difícil de obtener. Ser un ser humano es muy precioso"

"Los jóvenes hombres se quejaron: "pero, dueño de casa, hemos oído que el Tathagata declara que uno no debería renunciar al mundo sin el permiso de los padres".

Vimalakirti respondió: " Jóvenes hombres, ustedes deberían cultivarse a sí mismos intensamente para concebir el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi. Esto en sí mismo debe ser vuestra renunciación y alta ordenación!"

En eso, treinta y dos de los jóvenes Licchavis concibieron el espíritu de anuttara Samyak Sambodhi.

"Por esto, Señor, estoy renuente a ir a ver al buen hombre para preguntar por su enfermedad."

El Buddha luego dijo al venerable Ananda: "Ananda, ve a ver al Licchavi Vimalakirti para preguntar por su enfermedad".

Ananda respondió: "Señor, yo estoy de hecho renuente a ir a ver al buen hombre para preguntar por su enfermedad. Por qué? Señor, recuerdo un día cuando el cuerpo del Señor manifestó cierta indisposición y solicitó algo de leche; tomé el cuenco y fui a la puerta de la mansión de la familia de un gran Brahman. El Licchavi Vimalakirti fue allí, y, habiéndome saludado, dijo: "reverendo Ananda, qué estás haciendo en el umbral de esta casa con tu cuenco en la mano tan temprano en la mañana?"

"Yo respondí: "el cuerpo del Señor manifiesta cierta indisposición. Y necesita algo de leche. Por consiguiente, he venido a buscar un poco".

"Vimalakirti luego me dijo: "Reverendo Ananda, no digas tal cosa! Reverendo Ananda, el cuerpo del Tathagata es fuerte como el diamante, habiendo eliminado todos los trazos instintivos del mal y siendo adornado con todo el bien. Cómo podría la enfermedad o el disconfort afectar a tal cuerpo? Reverendo Ananda, ve en silencio, y no menosprecies al Señor. No digas tales cosas a los demás, no sería bueno para los dioses poderosos o para los bodhisattvas venir desde los varios campos de Buddha para escuchar tales palabras.

"Reverendo Ananda, un monarca universal, que está adornado sólo con una pequeña raíz de virtud, está libre de las enfermedades. Cómo podría luego el Señor, quien tiene una infinita raíz de virtud, tener alguna enfermedad? Es imposible. Reverendo Ananda, no traigas vergüenza ante nosotros, sino ve en silencio, no sea que los sectarios heterodoxos pudieran escuchar tus palabras. Ellos dirían: "Qué vergüenza! El maestro de esta gente no puede ni siquiera curar su propia enfermedad. Cómo podría entonces curar la enfermedad de otros?" Reverendo Ananda, ve discretamente para que nadie pueda observarte. Reverendo Ananda, los Tathagatas tienen el cuerpo del Dharma, no un cuerpo que se mantiene con la comida material. Los Tathagatas tienen un cuerpo trascendental que ha trascendido todas las cualidades mundanas. No hay enfermedad para el cuerpo de un Tathagata, ya que está libre de todo engaño. El cuerpo de un Tathagata es no compuesto y libre de toda actividad formativa. Reverendo Ananda, creer que puede haber enfermedad en semejante cuerpo es irracional e impropio!"

Cuando escuché estas palabras, me pregunté si yo había previamente escuchado mal y malentendido al Buddha, y quedé muy avergonzado. Luego escuché una voz del cielo: "Ananda! El dueño de casa te habla verdaderamente. No obstante, dado que el Buddha ha aparecido durante el periodo de las cinco corrupciones, él disciplina a los seres vivos mediante el actuar baja y humildemente. Por consiguiente, Ananda, no estés avergonzado, y ve a buscar la leche!"

"Señor, tal fue mi conversación con el Licchavi Vimalakirti, y por consiguiente yo estoy renuente de ir a ve a ese buen hombre para preguntar por su enfermedad".

Del mismo modo, el resto de los quinientos discípulos estaban renuentes de ir a ver al Licchavi Vimalakirti, y cada uno le contó al Buddha su propia aventura, recordando todas sus conversaciones con el Licchavi Vimalakirti.

Traducción de la versión inglesa de Robert A. F. Thurman
por el Upasaka Kumgang, presidente del Centro Zen Buddhista Argentino